SASKI BASKONIA 82

ESTUDIANTES 77

Al final, manda la calidad. Y cuando la calidad va con uno, pues uno es el que gana, por mucho que sufra. Algo así pasará por la cabeza de la afición de Saski Baskonia, que daría gracias al santoral completo por disponer de un jugador del talento anotador de Rodrigue Beaubois en su plantilla. Cierto que sufrió ante Jackson, Wilson y Jaime Fernández, pero no es menos cierto que, de no ser por sus 31 puntos, en especial por su triple con 78-77 en el marcador a menos de un minuto, Saski Baskonia hubiera perdido.

Y hubiera perdido con toda justicia porque enfrente tuvo al Estudiantes más duro de mollera de los últimos años. El binomio «Maldonado & Samaniego» trasladaba sus bártulos de Badalona a Madrid, y al cuadro del Ramiro, pese a que llegaba a Gasteiz con bajas, le ha sentado de perlas. Entre Edwin Jackson, Jamar Wilson, Jaime Fernández y un sorprendente «tapado» de 2,13 metros como Víctor Arteaga, el partido estuvo en el aire hasta el final.

Cierto es que buena parte de la culpa también es gasteiztarra. Beaubois jugó desatado, y de su mano Saski Baskonia se escapó 43-27 mediado el segundo cuarto. Pero en vez de rematar a un rival a la deriva, le dio vida. Wilson entró en modo «microondas» y reactivó a los «toreros» hasta reducir su desventaja a la mitad, 43-35 al descanso. Edwin Jackson volteaba el marcador en el tercer cuarto.

Había muchos nervios y mucha incomodidad en el juego baskonista, que no se explicaba cómo un rival en apariencia pequeño se le subía a la chepa, hasta el punto de amagar con escaparse. Hanga, Larkin, Shengelia y Diop se pusieron a la tarea de «embridar» a un rival desbocado, pero tuvo que ser Beaubois, tirando de talento, quien remontara el choque. Eso, y el 8 de 17 en tiros libres del cuadro visitante.

Pero bien está lo que bien acaba, sobre todo cuando se corrige el desaguisado a tiempo.