El presidente sirio, Bashar al-Assad, dijo ayer que la toma de la ciudad de Alepo el pasado diciembre por parte de fuerzas gubernamentales refleja que se está «camino de la victoria», pero consideró que ésta no se conseguirá hasta que se «haya eliminado a todos los terroristas». En una entrevista a las emisoras francesas RTL y France Info y a la cadena LCP en Damasco, Al-Assad sostuvo que «ver una parte del país destruida y un baño de sangre es el precio a pagar por la liberación» de la población. «La guerra no es una solución, sobre todo si hay otras, pero la cuestión es cómo liberar a los civiles de los barrios tomados por los terroristas. ¿Es mejor dejarles bajo su control y dominación, con decapitaciones y ejecuciones? ¿El rol del Estado sirio es mirar sin hacer nada? No», enfatizó.

Asimismo, se declaró dispuesto a perdonar a «casi todos» los grupos armados, «salvo al ISIS y al Frente al Nusra».

La entrevista fue concedida antes de que el presidente sirio se reuniera ayer con los diputados franceses conservadores Thierry Mariani y Nicolas Dhuicq y con el excentrista y candidato a las presidenciales Jean Lassalle.