A peor tiempo, más madera. Eso debieron pensar los corredores en el arranque de la segunda etapa de la París-Niza (195 kilómetros entre Rochefort en Yvelines y Amilly) que, como había sucedido la víspera, no se dieron un momento de respiro. «Parece que cada día corremos una clásica», resumía Arnaud Demare (FdJ), que conservó el maillot de líder tras cruzar la línea de meta en tercer lugar, con el mismo tiempo que el ganador Sonny Colbrelli (Bahrain).

Como para no confesarse «muy satisfecho» con una jornada en la que cualquier desenlace habría sido posible. Con menos viento pero con más frío y lluvia, la etapa se ponía en marcha a mediodía. Dos horas más tarde, el pelotón había cubierto ¡97’8 kilómetros! Y claro, a esa velocidad, habían pasado muchas cosas. Por ejemplo, que una decena de corredores lanzó el primer machete nada más comenzar la jornada y que para cuando fueron cazados, apenas media hora después, el pelotón ya se había roto en media docena de grupos. De nuevo con hombres rápidos, incluyendo al líder –y Gorka Izagirre, todavía el mejor vasco en la general–, más atentos que algunos de los teóricos candidatos a la pelea por la general. Como Porte, Contador o Dan Martin, a remolque prácticamente desde que la autoridad de turno cortó la cinta. Claro que las distancias eran todavía tan cortas y las ganas de marcha tan intensas, que los intercambios de fichas entre grupos se sucedieron.

Un juego en el que no pudo entrar Richie Porte. El tasmano, doble vencedor de la prueba y que ya había sufrido la víspera, se dejó en meta catorce minutos y, obviamente, todas sus posibilidades de triunfo. Mejor les fue a los Izagirre, Martin o Contador, que recondujeron la situación para terminar el día con el mismo tiempo del ganador. También lo hicieron Henao y Zakarin, que durante unos cuantos kilómetros fueron los principales beneficiados de la locura, metidos en una fuga de 22 hombres y muchísimos kilates que, a setenta de meta, aventajaba en más de un minuto al grupo de los Izagirre y compañía.

El trabajo de los perseguidores dio sus frutos y a cincuentade de meta esos dos primeros grupos se unían. Aunque no se serenó la carrera. Un quinteto de corredores –Gallopin, buen conocedor de la zona, y Gilbert entre ellos– elegía ese momento para saltar. Y el intento bien pudo ser el bueno porque a diez de meta, Gilbert, ya en solitario, aventajaba en cuarenta segundos al pelotón. Pero por detrás había demasiados intereses, demasiados velocistas y demasiados compañeros dispuestos a arrimar el hombro como para que al excampeón del mundo le saliese la jugada. Tampoco esta fuga fructificó y la jornada acabó resolviéndose al sprint.

Sonny Colbrelli, que ya se había dejado ver en Dubai y Omán, atacó con fuerza para llegar por delante de Degenkolb y Demare, ahí es nada. El líder de FdJ, que reconoció haber llegado «congelado, ni siquiera sentía las manos», mantiene el amarillo, que hoy pondrá a prueba en los 190 kilómetros entre Chablis y Chalon sur Saone.

Disculpas de Bardet

Otro velocista, Nacer Bouhanni, ni siquiera llegó a disputar el sprint. Abandonó a treinta kilómetros de meta. Otro francés lo había hecho la víspera, aunque lo de Romain Bardet fue una expulsión y no un abandono. El corredor de Ag2R lamentó haber «cometido un error» y asumió que «nada justifica la asistencia prolongada del coche».

Enrique Sanz encuentra hueco en el Raleigh

Enrique Sanz ya tiene equipo. El navarro confirmó ayer su fichaje con el Raleigh GAC británico, de categoría Continental, hasta final de temporada. «Contentísimo de poder seguir haciendo lo que me gusta», confesó.

Lointek viaja a la Setmana Valenciana

Mañana arranca la Setmana Valenciana, con tres etapas y nueva en el calendario UCI. Allí estará Lointek con Eider Merino, Bea Gómez y Gloria Rodríguez, junto a las locales Empar Félix, Cristina Martínez y Alba Teruel.

Castroviejo, sin «feeling» con la Itzulia

Jonathan Castroviejo, cuyo futuro inmediato pasa por Tirreno y Catalunya, optará posiblemente por Romandía en lugar de la Itzulia. Una prueba que «me gusta pero no se me da del todo bien, no tengo feeling», reconoce.