Los lenguajes del circo se van hibridando, buscando el espectáculo total  a partir de unas dramaturgias que lo convierten en un arte más allá de los alardes físicos, de los movimientos y acciones imposibles de entender sin poner en duda la propia ley de la gravedad.

La puesta en escena de Hassi, que también canta en directo, utiliza recursos escénicos que le confieren un valor añadido: una escenografía sugerente y utilitaria para desarrollar las exhibiciones más circenses, a cargo de cuatro especialistas en mástiles chinos y un acróbata, que cuentan historias de la calle con lenguajes donde se funde la danza con el ejercicio circense de alta escuela. Todo bien amañando, con el tiempo propicio para cada escena, que le dotan de una entidad global. De todos los ejecutantes destaca Nât-Nam Lê; parece que su masa muscular y su estructura ósea tienen un peso específico diferente al resto de los mortales. Verlo subir por los mástiles como si anduviera por una moqueta con aparente sencillez conmueve. Magnífica muestra del circo francés más evolucionado.