Mikel CHAMIZO
CLÁSICA

La OSE se encontró con Hans Graf, su antiguo jefe 

La última gira por Euskal Herria de la Orquesta de Euskadi ha supuesto el reencuentro con quien fue su director titular hace más de veinte años, Hans Graf. El austriaco comandó a la OSE entre 1994 y 1996, pero el que luego se convertiría en titular de la Houston Symphony sigue siendo uno de los pesos pesados en la lista de directores de la orquesta vasca.

Graf es, ante todo, un director con criterio: sabe lo que busca en una interpretación y qué camino transitar para lograrlo. Fue muy evidente en su concepción de la “Sinfonía nº2” de Schumann, bien conocida por sus fanfarrias y melodías expansivas, que Graf quiso atar en corto para evitar excesos románticos y proponer una visión casi clásica, con una diáfana exposición de los planos orquestales y una construcción de los clímax y los recovecos formales que apuntalase este problemático aspecto de las sinfonías de Schumann. Había una idea perfectamente definida y Graf intentó que la OSE la ejecutase exactamente como él quería, y aunque es cierto que esto no ocurrió en todo momento –por ejemplo, en los cambios de tempo del “Scherzo”–, esta actitud logró extraer de la orquesta momentos de un rendimiento sobresaliente, con el sonido de conjunto más terso y equilibrado que recordamos en los últimos meses.

La impresión fue un poco peor con la “Sinfonía en do” de Stravinsky, una creación un tanto cruda en sus aspectos tímbricos. Sus extrañas combinaciones de instrumentos de viento madera y metal son difíciles de sopesar y, el jueves, los músicos de la OSE no siempre lograron hacerlo con la precisión y afinación requeridas. Graf transitó la partitura con determinación, con menos autoridad que en Schumann, pero con un buen conocimiento del estilo del Stravinsky neoclásico.