La izquierda brasileña y los sindicatos convocaron manifestaciones ayer en las principales ciudades para exigir la salida del presidente del país, Michel Temer, y nuevas elecciones, mientras el principal socio del Gobierno debate si mantiene o no el apoyo al mandatario, acorralado por una investigación por corrupción.

«El Gobierno de Temer acabó. Ahora Brasil sólo tiene un camino: retomar la democracia con el voto del pueblo. ¡Vamos todos a las calles para ‘Directas ya’!», animó en redes sociales Rui Falcao, el presidente del Partido de los Trabajadores (PT).

Miles de personas salieron a las calles, aunque la participación fue menor que en otras ocasiones para gritar «Fora Temer», un lema usado por la izquierda que ha ganado fuerza en los últimos días, después de que los empresarios Joesley y Wesley Batista acusaran al presidente de recibir sobornos e intentar comprar el silencio de Eduardo Cunha, expresidente de la Cámara de Diputados, condenado por corrupción, y de haber recibido ilegalmente 15 millones de reales en 2014 por actuar en favor de la empresa.

El Supremo Tribunal Federal (STF) abrió el jueves una investigación sobre el caso y el fiscal general, Rodrigo Janot, acusa a Temer de obstrucción a la Justicia para impedir el avance del «caso Petrobras», que investiga una trama corrupta que salpica a políticos de todos los partidos.

Desde entonces, Temer lucha por sobrevivir políticamente. Después de proclamar su inocencia y enfatizar que no dejará su cargo, contraatacó el sábado diciendo que esa grabación fue «manipulada» y solicitó al STF la suspensión de la investigación. Al alto tribunal estudiará la solicitud el miércoles.

Pero Janot volvió a la carga y pidió que la investigación continúe, ratificando que la grabación pasó por una evaluación técnica y «presenta una secuencia lógica y coherente».

La Orden (colegio) de Abogados de Brasil (OAB) informó ayer de que solicitará la apertura de un juicio político con fines de destitución contra Temer en los próximos días en la Cámara de los Diputados, y su presidente, Rodrigo Maia, un aliado de Temer, deberá decidir si la acepta o no a trámite. La Cámara baja ya ha recibido una decena de pedidos de impeachment.

Para evitar que prosperen, Temer necesita contener la erosión de su mayoría en el Congreso, que hasta ahora le permitió contrarrestar su impopularidad récord y votar polémicas medidas de austeridad.

El sábado se produjo la primera baja, la del pequeño PSB, pero todas las miradas están puestas en los socialdemócratas PSDB, el principal aliado del Gobierno, que se recupera aún de la caída estrepitosa de su presidente, Aécio Neves, que el jueves fue suspendido como senador al verse implicado también en las grabaciones de Batista. La dirección del PSDB tenía previsto adoptar ayer una decisión.