Antonio ÁLVAREZ-SOLÍS
Periodista

La mentalidad primitiva

El triste discurso retrofranquista del actual rey de España, alimentado también, parece, por la simplicidad intelectual de una reproducción miniaturizada de Carrero Blanco, como es Rajoy, me ha recordado una tesis magistral del antropólogo y filósofo francés Lucien Levy-Bruhl sobre la distinción entre sociedades «primitivas» y sociedades «civilizadas».

Sin más, ahí va el párrafo que me ahorra el esfuerzo de una reflexión propia acerca de lo sucedido en Catalunya: «El estudio –escribe Levy-Bruhl sobre su tarea– muestra que en la sociedad ‘primitiva’ existe una mentalidad completamente distinta de la que posee la sociedad ‘civilizada’. La relación entre una y otra no es la relación de lo simple a lo complejo, sino una relación de estructuras. Así el hombre primitivo posee una mentalidad «prelógica», una forma de pensar que no se halla sometida a la ley de la contradicción, sino que, basada en la imagen mítica, admite la identidad de seres contrarios (España y Catalunya) que no tiene nada que ver con las exclusiones lógicas (España y Catalunya). Esta mentalidad que se revela en los pueblos primitivos del pasado y del presente, no resiste ninguna comparación con el modo de pensar ‘civilizado’ y tiñe con su peculiar condición todas las formas de la vida social». ¡Oé, oé, oé!