Agustín GOIKOETXEA
DONOSTIA

La oposición a Munilla le acusa de «descomponer» la diócesis con su organización

Cerca de un millar de católicos de Gipuzkoa rubrican un escrito en el que denuncian «la descomposición de la diócesis» tras la decisión del obispo Munilla de reducir arciprestazgos y cerrar parroquias.

A punto de cumplirse ocho años de que fuera ordenado como obispo de Donostia, José Ignacio Munilla ha recibido un documento en el que 964 cristianas y cristianos de Gipuzkoa cuestionan la reforma territorial que decretó en julio pasado, que afecta a la reordenación de los arciprestazgos de trece a seis con el cierre aparejado en el futuro de algunas parroquias. Los críticos aseguran que es «una reestructuración que nace sin apoyos», «sin futuro alguno», que contribuye a la «descomposición de la diócesis».

Tras la reforma sectorial y el nombramiento de nuevos vicarios en 2016, Munilla acometió en verano la reestructuración de la diócesis. Sus críticos le acusan de dar pasos «sin hacer caso a los consejos diocesanos» y un ejemplo es la reordenación de los arciprestazgos, donde más de un sacerdote ha rechazado la propuesta de nombramiento como arcipreste del prelado, al tiempo que religiosas y laicos presentaron su dimisión en varios consejos.

La situación de la diócesis, en general, es «muy mala» en opinión de los cristianos de Gipuzkoa agrupados en Eutsi Berrituz. Lo subrayaron en setiembre cuando confesaron que «la resistencia es nuestro desafío», dejando claro que trabajan por la Iglesia y no son «una organización contra el obispo» como les achacan quienes defienden al prelado neoconservador.

En el nuevo escrito se incide en que la reordenación territorial no ha obtenido el respaldo mayoritario de sacerdotes y agentes de pastoral. Desvelan que en el sondeo impulsado por el prelado para elegir a los nuevos arciprestes la abstención fue del 50,8%, un 9,1% votó en blanco y hubo un 1,5% de nulos. Solo el 38,6% de los encuestados, apuntan en el documento hecho público, propuso un nombre en la papeleta.

Munilla defiende la reestructuración territorial para «simplificar las estructuras pastorales, ganar operatividad y poder responder mejor a los nuevos retos pastorales», a los que los críticos advierten que es mejor que se potencie la proximidad y se escuche a las comunidades cristianas antes de actuar.

Los firmantes del manifiesto alertan de que es una decisión adoptada por el prelado sin la posición favorable de la mayoría. «Sin unos agentes de pastoral convencidos, motivados e ilusionados no va a haber una reestructuración real y, es más, corremos peligro de abandonar y diluir lo que existe», advierten en su reflexión.

Frente al «dolor» y «desilusión» que, estiman, han provocado las decisiones del obispo Munilla, proponen un proceso de reflexión. Para ello, anuncian la convocatoria de una reunión en la que abordarán la situación con el objetivo de avanzar hacia la «Iglesia del siglo XXI en Gipuzkoa», con participación activa de laicas y laicos.