Iñaki IRIONDO
GASTEIZ

La masculinización de las comisarías hace vulnerables a las mujeres detenidas

La mayoría de los policías son hombres y nueve de cada diez detenidos también, por eso las comisarías son espacios «altamente masculinizados» que hacen más vulnerables a las mujeres. Emakunde propone una formación con perspectiva de género a policías y abogados.

Apenas 1 de cada 10 personas detenidas es mujer, y casi siempre por delitos menores y sin violencia, como hurtos. Y también la mayoría de agentes son hombres. Esto hace que en el momento de una detención, cuando una mujer es conducida a instalaciones policiales, su presencia casi anecdótica, en lugar de llamar la atención, la invisibilice y las haga más vulnerables. Esta es una de las conclusiones del estudio “Experiencia de la detención policial en las mujeres de la CAV”, realizado por Lohitzune Zuloaga, Estibaliz de Miguel y Miren Ortubay, becado por Emakunde,

En una comisaría llena de hombres y con la actual cultura policial, –«con formas rudas», según expresión de una de las autoras del estudio– el trato que se ofrece a las mujeres detenidas, aunque sea respetuoso con sus derechos, es percibidas por estas como más violenta y las hace vulnerables.

El informe determina que «la siempre difícil experiencia de la detención contiene algunas cuestiones relevantes a tener en cuenta en el caso de las mujeres, tanto en la vivencia subjetiva (experiencia más intensa del miedo y la estigmatización, y mayor preocupación por los hijos e hijas), como en la interacción con una institución masculina con respecto a elementos como el aseo y la higiene, vivencia del cuerpo, etc».

Las autoras del estudio han conocido esta realidad a través de 62 entrevistas a mujeres detenidas, agentes policiales y abogados. Para ir cambiándola, proponen «una formación en perspectiva de género que permita entender la experiencia de las mujeres en los procesos de detención policial y de contacto con el cuerpo de policía».

Habría que superar lo que se entiende oficialmente como un trato «neutral y objetivo» que está pensado para la relación entre hombres. Las firmantes del informe consideran necesaria «una revisión de los valores de objetividad, neutralidad e imparcialidad cuando resultan ser obstáculos de cara a articular un trato adecuado a las circunstancias de la ciudadanía, al entender que un trato equitativo pasa por considerar las desigualdades sociales que afectan a las personas».

Extranjería

Durante la realización del estudio, sus autoras encontraron que el momento de la detención es especialmente delicado para las mujeres extranjeras en situación irregular, por el miedo a la expulsión y el desconocimiento de la lengua.

Este miedo se produce también en prostitutas que se ven inmersas en operaciones policiales contra las mafias que las explotan y por las que acaban también en comisaría.

«Contradenuncias» en violencia de género

A lo largo de su estudio, sus autoras se encontraron con que están aumentando las «imputaciones o detenciones» de mujeres «por violencia en el ámbito familiar», hasta llegar a ser el 14% del total. Del análisis de los datos, concluyen que no es que haya aumentado la agresividad de las mujeres, sino que las «contradenuncias» se han convertido en una herramienta de defensa de los hombres denunciados por violencia de género. Se han encontrado con mujeres que llaman a la policía por estar siendo agredidas, pero que cuando los agentes se presentan en casa y ven que ambas personas presentan signos de violencia, las dos acaban imputadas.

Después, en el proceso, las acusaciones contra la mujer son retiradas al ser consideradas, por ejemplo, violencia defensiva, hasta el punto de que apenas progresan un 2%.

Sin embargo, estas «contradenuncias» de los agresores pueden también asustar a la mujer, que acaba retirando la denuncia o llegando a admitir que ambas partes se habían agredido.I.I.