Los cuatro goles que encajó la Real frente al líder Barcelona son buena muestra del coladero en el que se ha convertido Anoeta, un escenario que se transforma en un auténtico calvario para los anfitriones cada vez que juegan en él últimamente.

A diferencia de anteriores ejercicios, la hinchada txuri urdin no puede decir esta temporada que esté disfrutando en directo de los suyos. Las más de las veces ha tenido que abandonar su localidad camino de regreso a casa rumiando un mal resultado. Con el paso de las jornadas, la Real se ha convertido en uno de los seis conjuntos de Primera que ha perdido más partidos en casa de los que ha conseguido ganar.

Sin embargo, pese a ser negativo, ese no es el peor de los datos que protagoniza la escuadra dirigida por Eusebio Sacristán. La Real es, junto al colista Las Palmas, el que más dianas ha recibido en propio feudo, nada menos que 21, lo que hace una media de algo más de dos tantos encajados por partido.

Unos números que, lógicamente, han derivado en que el cuadro vasco haya experimentado una caída libre en la clasificación. Si comenzó como un tiro, ganando los tres primeros compromisos y ocupando la segunda posición, siete jornadas más tarde, cayó a la novena plaza y, ahora mismo, se encuentra ubicado en la decimoquinta, a siete puntos del descenso, pero curiosamente a menor distancia –seis puntos– de los puestos europeos.

Obras en el estadio

Siguiendo con Anoeta, pero ya en lo que se refiere a la infraestructura propiamente dicha, el club informó ayer de que está previsto que para finales de este mes se hayan llevado a cabo las cimentaciones y colocación de losa del sótano del fondo sur, así como los muros perimetrales. Por su parte, entre mediados de enero y marzo se realizarán las excavaciones de las pistas de la zona este y oeste.