Ion SALGADO
GASTEIZ

Censuran la judicialización de un caso «meramente científico»

La plataforma SOS Iruña-Veleia defendió ayer la inocencia de Eliseo Gil y de Oskar Escribano, que serán juzgados por presunta estafa y daños. «Consideramos que existían razones más que suficientes para el archivo del caso. De hecho, creemos que jamás se debió llegar a esta situación», señalaron Juan Martin Elexpuru e Idoia Filoy ante los medios de comunicación.

SOS Iruña Veleia defendió ayer la inocencia del exdirector del yacimiento, Eliseo Gil, y de Oskar Escribano, imputados junto a Rubén Cerdán por presunta estafa y daños. Así lo recoge un auto de la Audiencia Provincial de Araba, que la semana pasada dio luz verde a la vista oral.

«Consideramos que existían razones más que suficientes para el archivo del caso. De hecho, creemos que jamás se debió llegar a esta situación», destacaron Juan Marin Elexpuru e Idoia Filoy, quienes advirtieron de que, «llegados a donde estamos, solamente laboratorios especializados en arqueometría pueden dirimir la cuestión», en alusión a la supuesta falsificación de unos grafitos históricos.

En una rueda de prensa, indicaron que existen laboratorios especializados para realizar los análisis pertinentes, y recordaron que SOS Iruña-Veleia se puso en contacto con el British Geological Survey para realizar un análisis «de total garantía, acompañado de un presupuesto más que razonable». «Inexplicablemente, tanto la Diputación foral de Álava como el Juzgado de Vitoria-Gasteiz rechazaron la iniciativa», añadieron.

A este respecto, Elexpuru y Filoy indicaron de que la pelota está ahora en el tejado del Gobierno foral, que, al igual que la Fiscalía, debe formular la acusación en los próximos días. «¿Tendrán los dirigentes del ente foral la inmoralidad de poner en marcha sus servicios jurídicos para intentar condenar a Gil y demás encausados a penas de varios años de cárcel y cientos de miles de euros, cuando ni ellos mismos parecen estar convencidos de la falsedad de los grafitos y menos aun de la autoría de Eliseo Gil?», preguntaron.

«Sería muestra de una vileza impresionante, pues añadiría más sufrimiento a los nueve años de ‘pena de banquillo acumulados por los encausados», dijeron. «Este asunto se terminará aclarando tarde y temprano, y la Historia pondrá a cada uno en su lugar», incidieron tras hacer hincapié en que «parece de sentido común que un juzgado de lo penal no es el órgano más adecuado para pronunciarse sobre la autenticidad o falsedad de unos grafitos, puesto que nos hallamos ante un asunto meramente científico».

Informes a favor y en contra

Reconocieron que existen seis informes de la Diputación que inciden en la supuesta falsedad de los grafitos, «pero no es menos cierto que existen otros veinte presentados por Lurmen que apuntan en sentido contrario». «Nosotros opinamos que no tienen comparación, y que los argumentos en favor de la falsificación han sido ampliamente rebatidos», explicaron los integrantes de SOS Iruña-Veleia, que consideran «muy significativo que los autores de los informes de la comisión no se hayan expresado públicamente defendiendo sus argumentos».

Asimismo, se refirieron al informe realizado por José Vicente Navarro, del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), dependente del Ministerio de Cultura. Esta es, según Elexpuru y Filoy, la única «prueba de falsedad» de la que dispone la acusación. «Navarro afirma haber encontrado restos de metales modernos en las piezas, nada menos que 26 clases diferentes, de los cuales algunos de ellos no sirven para grabar, y la mayoría están en cantidades ínfimas», manifestaron.

«Dichos metales pudieron incorporarse a las piezas durante los procesos de lavado y restauración, así como cuando fueron manipulados por los miembros de la comisión y los diferentes grafólogos. Además, no hay que olvidar que las piezas han estado en manos de la parte querellante estos largos años», subrayaron. Y alertaron de que «se ha roto la cadena de custodia de las piezas en litigio. Mejor dicho, no ha existido custodia, lo que conllevaría el sobreseimiento».