La irrupción cinematográfica de “El planeta de los simios” supuso un antes y un después en el género de la ciencia ficción debido a su muy original visión distópica y, sobre todo, por que cuenta con uno de los finales más impactantes de la historia del cine.

Estrenada el 8 de febrero de 1968 en Nueva York –su paso a las salas comerciales estadounidenses se produjo el 3 de abril del mismo año–, la adaptación que el cineasta todoterreno Franklin J. Schaffner realizó de la novela homónima de Pierre Boulle, acertó de lleno en criticar a una sociedad autodestructiva y plasmarlo a través de la inusual odisea protagonizada por el desencantado astronauta que encarnó Charlton Heston. Inicialmente reticentes a invertir los 5,8 millones de dólares que requería la puesta en marcha del proyecto, los ejecutivos de la Fox se frotaron las manos con una recaudación de casi seis veces más, 33,4 millones de dólares, solo en Estados Unidos y Canadá.

El éxito cosechado determinó la puesta en marcha de una franquicia que se tradujo en cuatro secuelas cinematográficas, entre 1970 y 1973, una serie de televisión en 1974 y otra de animación titulada “Regreso al planeta de los simios”, que se estrenó en 1975. Fue además una de las pioneras en la venta de merchandising.

En 2001 la Fox quiso reactivar el imaginario de Pierre Boulle y delegó en el otrora aclamado Tim Burton la oportunidad de poner en marcha una nueva versión que, en realidad, fue una reinterpretación de “El planeta de los simios” en clave de peplum.

A pesar de las ganancias cuantiosas que generó en taquilla, la película no fue muy bien recibida por la crítica. Todo lo contrario ha acontecido con el reciente proyecto orquestado nuevamente por la Fox, una trilogía en formato de precuela iniciada en 2011 con “El origen del planeta de los simios”, que se prolongó con “El amanecer del planeta de los simios” (2014) y culminó con la apabullante “La guerra del planeta de los simios”.