Un Barcelona bipolar se lleva una Copa que está a punto de perder
Tras disponer de 18 puntos de renta, los de Pesic entraron en barrena. Causeur erró el triple ganador merengue en un final polémico.
REAL MADRID 90
BARCELONA 92
Entre el Cielo y el Infierno, cualquiera comprende a este Barcelona bipolar. Por un lado, con la llegada de Svetislav Pesic tras despedir a Sito Alonso, el conjunto culé ha sido capaz de reinventarse hasta tal punto que lograba el título de Copa. Por otro lado, después de llegar a tener 18 puntos de diferencia y dos tiros libres para solventar el partido, estuvo a un suspiro de tirarlo todo por la borda.
Se quejaba amargamente Luka Doncic –después de jugar un mal partido, pese a sus números– tras la jugada final, en la que Causeur tuvo el tiro ganador para los merengues, y tras su fallo, ni Rudy Fernández ni Thompkins pudieron superar a Claver para tratar de forzar la prórroga. A la desesperada, con cierta manga ancha arbitral –la pegajosa defensa de Campazzo y Rudy Fernández bordeó la falta en demasiadas ocasiones, aunque también es cierto que desquició a Ribas y Heurtel–, y con unos acertadísimos Jaycee Carroll y Tray Thompkins, los de Pablo Laso lograron un espectacular último parcial de 38-23. No obstante, fue insuficiente porque anteriormente el Barcelona puso tierra de por medio, en el intervalo que fue entre el final del segundo cuarto y el arranque del último: 31-52.
Heurtel, MVP
Dos exbaskonistas como Thomas Heurtel y Pau Ribas se disputaron el MVP, galardón que fue a parar a manos del base galo, a pesar de sus «Heurteladas» en forma de pases a las manos del contrario y otras malas decisiones en plena remontada merengue. Pau Ribas reconoció tras el partido que «en el último cuarto hemos estado horrorosos porque nos ha entrado miedo a ganar», y lo cierto es que si el galo erró, el badalonés se escondió más de la cuenta.
El Barça, hasta el momento de jugar con fuego, dio una lección de juego. «Pesic nos ha devuelto la alegría», diría Heurtel con la sonrisa a flor de labios. Primero destacó Tomic, un titán en el poste bajo. Ribas tuvo una racha espectacular en el tiro, y el propio Heurtel conectaba el juego interior y el exterior a la perfección, al tiempo que Sanders –pese a sus recurrentes cruces de cables–, Claver y Hanga alternaban brega en defensa, dominio del rebote –39 a 23 para los culés– y gotas de calidad.
Pero la histeria con la que los blaugrana afrontaron la recta final del partido fue escandalosa. Si ya estuvieron cerca de perder contra el Baskonia un partido que tenían ganado, ayer bordearon aún más el precipicio. Claver y Oriola estropearon un tanto su gran final errando sendos tiros libres y dando al Real Madrid un último tiro ganador, cuando el último minuto arrancaba con 82-90, tras un «dos más uno» brutal de Sanders.
Pero Thompkins clavó dos triples y el Barça se desquició. Al Real Madrid le faltó tiempo y acabó pataleando por la derrota. La final más bipolar se la llevó el más bipolar de los equipos.

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