Maite UBIRIA BEAUMONT
BIARRITZ
A UN AñO DEL DESARME DE ETA: RETOS Y PERSPECTIVAS

Tras el desbloqueo, toca dar brío y calado al cambio de política penitenciaria

El foro celebrado en Biarritz por Bake Bidea y artesanos de la paz avaló los avances en política penitenciaria, pero envió un mensaje claro a París de que la sociedad vasca espera que «se vaya más allá y más rápido».

El auditorium Bellevue de Biarritz fue el escenario de la segunda jornada del foro organizado por Bake Bidea y artesanos de la paz al cumplirse el primer aniversario del desarme de ETA.

La reunión, que comenzó pasadas las 9.30 de la mañana con el saludo a cargo del alcalde de la localidad, el centrista Michel Veunac, se cerró cuatro horas después con un vibrante mensaje a cargo de Michel Tubiana, presidente de honor de la Liga de Derechos Humanos francesa, quien hizo una lectura severa de la actuación de los estados tras el desarme de ETA y puso en valor, por contraste, «la determinación de la sociedad vasca» para consolidar la nueva situación.

Tal como hiciera el magistrado Serge Portelli, al cierre del panel sobre las víctimas desarrollado la víspera en la Cámara de Industria y Comercio de Baiona, los distintos intervinientes en el foro de ayer, remarcaron que «a falta de compromiso de los estados», le corresponde a la sociedad civil vasca demostrar que, como hizo con el desarme, «es capaz de arrancar avances en las cuestiones pendientes», ya para construir una memoria inclusiva que tenga en cuenta todos los sufrimientos, ya para conseguir «la abolición total y definitiva de las políticas de excepción».

Esta última reclamación fue puesta de manifiesto con vehemencia por el artesano Jean-Nöel Etcheverri Txetx quien, tras enumerar los exiliados y presos que han fallecido desde 2011, y la fatal estadística de accidentes ligada a la política de dispersión aseveró que «la lucha armada ha desaparecido, no las muertes ni el sufrimiento».

El artesano puso en evidencia la urgencia de que «a siete años del final de la lucha armada y a un año del desarme, tengamos avances claros, porque dejar correr el reloj implica asumir el riesgo de que se multipliquen los sufrimientos y que ello a su vez lleve a cuestionar el valor del camino andado».

Antes del artesano, tomó la palabra el presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Etchegaray, quien hizo suyas las palabras pronunciadas minutos antes por el pastor irlandés Harold Good, para quien abordar la situación de los presos y garantizar su implicación en el proceso de resolución «es clave para lograr la paz y la convivencia».

En su balance del año transcurrido, Etchegaray expuso gráficamente que «completado el desarme, fuimos enseguida a París a plantear la cuestión de los presos, es más nos recibieron en despachos en que aún había cajas de cartón, porque acababa de entrar el nuevo gobierno».

En despachos y cárceles

Remarcó que, con todo, «hoy tenemos una doble interlocución, con el Ministerio de Justicia y con los presos». Si bien lamentó que «ciertos obstáculos administrativos» retrasen el cumplimiento de las medidas abordadas con París, se mostró confiado, particularmente por «el compromiso total del colectivo de presos con este proceso que hemos constatado en nuestras visitas a las cárceles».

Anaiz Funosas, presidenta de Bake Bidea, puso datos a ese avance parcial: 9 presos vascos han sido acercados a Mont-de-Marsan o Lannemezan y a otros 9 se les ha retirado el estatus DPS. Anunció nuevos traslados, para confirmar que «París está ya en otra lógica». Y estimó que «es clave que la sociedad civil empuje» para dar profundidad y ritmo al cambio en marcha.

 

«¿Se puede construir la paz sin dar una esperanza a las familias de los presos?»

El 10 de abril de 1998 los gobiernos británico e irlandés firmaron el acuerdo de Viernes Santo que encauzó un proceso de paz que aún hoy sigue construyéndose. Harold Good, reverendo irlandés y verificador del desarme del IRA en el año 2001 abrió la conferencia de Biarritz con un saludo típico de Irlanda: «Fáilte!» (bienvenido en gaélico), y añadió, «ustedes celebran un año del desarme de ETA, nosotros celebramos el vigésimo aniversario del camino hacía la paz».

Good quiso dejar claro que «no he venido aquí a dar lecciones ni a decir a nadie lo que debe hacer, solo quiero transmitir mi experiencia por si les sirve de ayuda». De este modo, el sacerdote explicó que tras diversos estudios sobre conflictos realizados en la década de los 90 llegaron a la conclusión de que «paradójicamente son los presos los que tenían la llave para hacer la paz».

También hizo suyas las palabras del entonces presidente de los EEUU Bill Clinton: «Los que han dejado la violencia para arriesgar por la paz tienen derecho a participar en un proceso democrático».

Good marcó la diferencia entre «hacer la paz y construir la paz» y afirmó: «Hacer la paz es el comienzo del camino, la construcción de la paz, es la continuación del camino». Tras ello, lanzó una pregunta a quienes ponen dobles candados en las puertas de las cárceles: «¿Se puede construir la paz si cientos de familiares de presos no tienen siquiera esperanza de que se vaya a resolver su situación?».Haritz LARRAÑAGA

 

«La sociedad civil que materializó el desarme podría crear una comisión de la verdad»

La abogada de los presos vascos Xantiana Cachenaut, como bien expuso en la entrevista publicada el pasado 4 de abril en GARA, hizo una valoración sobre la situación jurídica actual en el Estado francés. Si bien los datos objetivos generales apenas muestran avances, la letrada puso ejemplos puntuales en los que se advierten cambios en la postura de la magistratura francesa motivados por el contexto político actual, y animó a seguir ahondando en la movilización social para que ese cambio de proceder se consolide.

Phillipe Texier, exconsejero en la Corte de Casación de París y experto de Naciones Unidas, constató que la actitud de la magistratura francesa es «en general muy cerrada y no toma en consideración el contexto político». Sin embargo, el jurista demostró que no es de los que se resignan fácilmente. Así, aportó conceptos nuevos al debate y planteó una propuesta innovadora.

Antes describió realidades y experiencias de otros países para profundizar en el concepto de justicia transicional. De ese modo, subrayó la importancia de tener en cuenta el contexto cuando se ha dejado atrás un periodo de violencia y se quieren construir los cimientos de la paz.

En referencia a las peticiones individuales para obtener la libertad condicional que son denegadas sistemáticamente por los jueces, Texier manifestó que «ha llegado el momento de pasar de lo individual a lo colectivo, porque la sociedad es colectiva». Precisamente, remarcó la importancia que tiene la sociedad civil y propuso lo siguiente: «Si la sociedad vasca demostró tener la madurez y capacidad para materializar una cosa tan compleja como el desarme, ¿por qué no va a ser capaz de crear una comisión de la verdad, integrada por diversos agentes y tipos de víctimas?».

Para concluir, Texier agregó que «todas las víctimas tienen que estar ahí para contar todo aquello que sucedió, porque hay que reconocer y revelar todo lo que pasó, apartando todo vestigio del pasado que tenga que ver con el conflicto, como el odio y el rencor, en definitiva se trata de construir el futuro».Haritz LARRAÑAGA