Pocas veces lo extraño ha tenido una escenificación tan fascinante como la que propuso Peter Weir en su segunda y magistral realización de 1975, “Picnic en Hanging Rock”. Tomando como referencia la novela homónima de Joan Lindsay, publicada en 1967, la trama tiene su base dramática en la misteriosa desaparición de tres alumnas y una profesora de álgebra de un estricto internado femenino de Australia. Dicho episodio tuvo lugar en los paisajes montañosos de Hanging Rock, acontecieron el día de San Valentín de 1900 y las cuatro mujeres nunca más volvieron a ser vistas.

Lo que siempre fue presentado como verídico, en realidad nunca lo fue. El motivo se debe a que la escritora generó toda una leyenda en torno a su propia historia, que ella se encargó personalmente de fomentar, de tal forma que la gente acabó creyéndosela. Incluso todavía hoy existen excursiones guiadas al epicentro de esta leyenda australiana. Otro dato curioso en torno a la novela tiene como protagonista a la propia escritora la cual dispuso que el último capítulo, con el título “The Secret of Hanging Rock”, fuera publicado después de su fallecimiento; por consiguiente, para saber cómo terminaba esta historia el público tuvo que esperar 20 años desde el momento de la publicación del libro y 12 desde el estreno de la película. Con semejantes mimbres, Weir acertó de pleno a la hora de abordar una crónica negra que coqueteaba con el suspense y lo improbable.

Sutil y astuta, la película logró cada uno de sus propósitos gracias a una utilización casi onírica de la fotografía firmada por Russell Boyd y unas secuencias que parecen extraídas de una galería de arte pictórica.

Naturaleza y sueños

El próximo 25 de mayo se estrenará en Amazon Prime Video una nueva adaptación en formato de miniserie basada en el original literario de Joan Lindsay cuyo reparto está liderado por Natalie Dormer –“Juego de Tronos”–, Samara Weaving, Lola Bessis, Yael Stone y Anna McGahan.

La cineasta Larysa Kondracki ha sido la encargada de filmar los seis episodios de los que consta esta superproducción australiana que, a tenor de lo que puede ser visionado en su tráiler promocional y de los comentarios que cosechó tras su paso por el Festival Tribeca, respeta los aspectos visuales de una historia que parece adentrarse por senderos oníricos y mágicos que legan en el espectador una sensación extraña.