El Tour cierra hoy el primer bloque antes de afrontar el martes la alta montaña en los Alpes con la etapa con más kilómetros de pavés de las últimas décadas. Los 21,7 repartidos en quince tramos de adoquinado superan los 8,5 recorridos en 1989, los 3,9 de 2004, los 13,2 de 2010, los 13 de 2014 y los 13,3 de 2015 y representan la mayor amenaza para los corredores que aspiran a ocupar los puestos de honor en París y que temen esta jornada como a ninguna otra.

A diferencia de lo que sucedió en 2014, cuando Froome tuvo que abandonar la carrera y Nibali distanció a todos los rivales con lluvia y doce grados de temperatura, hoy se espera una jornada soleada en Roubaix con una previsión de 28 grados que agradecerán los corredores porque con los adoquines mojados el recorrido sería más peligroso.

En 2014 se eliminaron dos tramos por la previsión de lluvia y Nibali dio un golpe de mano con Fuglsang, que este año es su rival y entonces compañero. Fueron segundo y tercero de la etapa por detrás del ganador Lars Boom y por delante de Peter Sagan y Cancellara. Tras esa etapa Porte y Valverde quedaron a dos minutos en una clasificación general que casi quedó sentenciada en la quinta etapa.

Todos tendrán en mente lo sucedido entonces y entre los favoritos Nibali se juega muchas de sus opciones a la victoria hoy porque en la alta montaña hay otros corredores que le han superado en los últimos años. Probablemente sea el único corredor al que le interesa plantear batalla y los demás deberán soportar la presión y evitar los problemas que se pueden registrar en quince tramos repartidos en los últimos cien kilómetros, cuatro de ellos calificados con cuatro estrellas por su dureza y su distancia.

Y no son solo peligrosos los tramos de pavés, también las aproximaciones, porque todos los favoritos van a intentar entrar adelante para evitar quedarse atrás con una tensión que provocará caídas. Además de Froome en 2014, Frank Schleck también tuvo que abandonar en la etapa del pavés de 2010 con una fractura de clavícula tras una caída y hoy todos esperan que algunos favoritos puedan quedar fuera de carrera por accidentes o por problemas mecánicos y cruzan los dedos para no ser algunos de los perjudicados.

Tramos muy juntos

Porque no hay espacio para recuperar entre los doce últimos tramos de pavés. La etapa tiene solo 156 kilómetros entre Amiens y Roubaix, lo que provocará que se dispute a gran velocidad y en el kilómetro 86,5 se entrará en el cuarto tramo de Warlaing a Brillon de 2.000 metros y en el 89,5 en el de Tilloy a Sars y Rosieres de 2.400.

Los otros nueve tramos estarán en los últimos 50 kilómetros, ocho casi seguidos desde el 104 al 139. El más largo es el de Auchy a Bersee, de 2.700 metros en el km 104,5 y el último tiene 1.400 y empieza a ocho de meta.

La etapa acabará alrededor de las 16:00 para no coincidir con la final del Mundial de fútbol y es el principal obstáculo para Mikel Landa, que se marcaba antes del Tour el objetivo de salir del pavés con el mismo tiempo del resto de favoritos. Hasta ahora lo ha logrado.

Groenewegen repite y Dan Martin pierde 1:16

Dylan Groenewegen (Lotto NL) logró ayer su segunda victoria consecutiva al superar en la octava etapa en Amiens a Greipel y Gaviria, que fueron descalificados por un encontronazo en el sprint y quedaron relegados a los últimos puestos del primer grupo. Eso beneficia a Peter Sagan, que pasó a la segunda plaza y refuerza su liderato en el maillot verde.

Laurens Ten Dam (Sunweb), Marco Minnaard (Wanty) y Fabien Grellier (Direct Energie) fueron los tres ciclistas que entraron en la escapada, aunque el del Sunweb esperó al pelotón enseguida. Grellier fue el último en ser atrapado a seis kilómetros de meta. Para entonces se registró una caída en la que se vieron implicados como corredores más importantes Dan Martin y Julian Alaphilippe, que llegaron a la meta a 1:16, y Omar Fraile, que entró a cinco minutos. Mikel Landa pasó a la undécima plaza de la general tras el tiempo perdido por el ciclista del Quick Step.J.I.