Raimundo Fitero
DE REOJO

Navarrerías

Esto es un lío. Llevo semanas intentando hilvanar un artículo a partir de una parte de la ciudadanía navarra que ocupan espacios en los medios audiovisuales no locales. Después de ir apuntando nombres y gestas, llega el momento en que me decido y estoy a punto de tirarme para atrás. ¿El motivo? No sé si son comparables. Y me dejo muchas personas singulares fuera. Meto lo que me parece y que sea lo que los lectores y lectoras quieran.

Ahí va. Empiezo por el final. Carlos Solchaga. Acaba de decir la imbecilidad neoliberal más grande. Dice que los jubilados cobran más de lo que aportaron. Supongo que él no, que él tendrá varios planes con los bancos en los que colaboró y colabora. Y sobre el común de los jubilados, dependerá, de los años cotizados y de los años de jubilada. Y no insisto más. Con este individuo se me cruza uno de mis mentirosos preferidos. Quizás uno de los farsantes más evidentes, Inda. Y no digo más. Porque de repente estos días, ciudadanos navarros han sido noticia porque en un tiroteo han muerto tres personas de familias opuestas en un pueblo. Tiroteo a la luz del día. El guion de la serie va mejorando.

No obstante, a mí me tienen muy subyugado varias mujeres. Nombro a tres de manera aleatoria. Cristina Pardo, periodista de política, metida a presentadora de espacio de entretenimiento con matices políticos. Me parece alguien muy solvente y tiene credibilidad. Amaia, cantante televisiva, una mujer pizpireta, una artista que demuestra, en cuanto puede, que es mucho más que una cantante de moda. Tiene mucho futuro. Y por último Sofía Suescun, cuya profesión es ganar concurso de supervivencia o así, que predica su libertad sexual y corporal de manera libertaria y que me deja siempre descolocado porque insiste en parecer otra cosa de lo que le intuyo.