Maite Ubiria
REMODELACIÓN DE GOBIERNO EN EL ESTADO FRANCÉS

La remodelación de Macron premia a dos conocedores de los dosieres vasco y corso

Tras dos semanas de vaivenes, la remodelación es un hecho. El nuevo gobierno galo repone equilibrios internos y promete diálogo a los territorios. Para la segunda tarea contará con dos destacados ojeadores.

Un destino agradable, pero no precisamente fácil». El nuevo «número dos» del Ministerio de Interior francés, Laurent Nuñez, resumía con esa frase su estancia de dos años como subprefecto de Baiona. Una etapa clave, a juzgar por el fulgurante ascenso de este descendiente de pieds-noirs que gusta de destacar el origen humilde de su familia.

Nuñez estuvo en Baiona entre 2010 y 2012, un mandato en el que debió gestionar dosieres calientes, unos públicos, otros de obligada discreción. Entre los primeros destacan la cuestión del estatus del euskara y el controvertido proyecto de segunda línea de alta velocidad (LGV).

Fiel a su condición de alto funcionario, en materia lingüística Nuñez se escudó en la «teoría de los límites». Así, el subprefecto, ya con la maleta preparada para un nuevo destino, reiteraba, en entrevista con “Le Journal du Pays Basque”, que las demandas por la lengua vasca «chocan con una dificultad jurídica mayor, el artículo 2 de la Constitución francesa».

Macronista de primera hora, Nuñez tendría más dificultades para explicar porqué un presidente que dispone de una mayoría sin precedentes y que hace gala de ser un europeísta recalcitrante no ha dado el paso de dotar de estatus oficial a las llamadas lenguas regionales. Bien al contrario, Macron ha resucitado el discurso más jacobino, situando al francés en el Olimpo de las «lenguas de civilización».

Nuñez tuvo sobre la mesa otro dosier que, según sus palabras, le llevó a mantener «discusiones encendidas» con muchos electos vascos. Al rey lo que es del rey, el nuevo secretario de Estado –en la fotografía, a la derecha, junto al titular de Interior Christophe Castaner– puede tener a gala que el tramo vasco de la París-Hendaia descansa en el cajón, por falta de dinero y por la opción de Macron de relegar la alta velocidad. Cosa distinta es que su reforma de la SNCF haga peligrar el servicio público.

El «dosier del final de ETA» estuvo sobre la mesa de Nuñez Tal como destacaba en su hilo editorial “Le Monde”, en Baiona «Nuñez adquiere una experiencia en materia de lucha anti terrorista clave cara a sus futuras responsabilidades», principalmente en la Dirección General de Seguridad Interior, desde la que ha tomado impulso.

Sin alusiones expresas a un periodo que marca la imbricación primera de la mayoría política y social de Iparralde en un esquema de resolución y de paz, un actor reconocido de la Conferencia de Aiete, Max Brisson, hoy senador de LR, ha saludado la promoción de Nuñez por ser «un hombre capaz de escuchar y dialogar y que supo entender al País Vasco». Un reconocimiento en tono enigmático, ya que es más conocida la implicación directa en el proceso vasco de otro alto funcionario, Eric Morvan, a quien vino a sustituir precisamente Nuñez en la sede de allées Marines. Ya en el cargo superior de prefecto de Pirineos Atlánticos, Morvan participó en un encuentro, en marzo de 2017 en Pau, con el entonces primer ministro Bernard Cazeneuve, en el que se evocó a grandes rasgos el plan de los «artesanos de la paz» de abordar el desarme de ETA, con ayuda de la sociedad vasca, lo que se hizo realidad, el 8 de abril de 2017 en Baiona.

Jacqueline Gourault, «Madame Corse», sube otro escalón. Más allá del afán de contentar a distintas familias que destila la remodelación de gobierno, otro de los mensajes que ha pasado el Elíseo es el de retomar el pulso a la relación entre la corte parisina y los territorios. Para ello sitúa a la cabeza del Ministerio de Cohesión Territorial a la centrista Jacqueline Gourault. Negociadora con la mayoría que lidera Gilles Simeoni –voces insulares señalan que no sería justo atribuir a Gaurault toda la responsabilidad del bloqueo actual con el Elíseo– ha trabajado también el plan de fundir los dos departamentos alsacianos, idea observada con interés desde Bretaña. Su ascenso la convierte, por descontado, en nueva interlocutora del presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Etchegaray.