La NBA es sinónimo de espectáculo y qué mejor signo de espectacularidad que los marcadores altos. En la pasada jornada del mejor basket del mundo, solo los Orlando Magic, con 88 puntos, y los Oklahoma City Thunder, con 92, se quedaron sin llegar a la centena. Memphis y Minnesota anotaron 131, superando los 117 de Atlanta o los 123 de Cleveland respectivamente, pero nada como el chorreo de los Pelicans, que ganaron a Sacramento Kings por 149-129.

Después de meterle 131 puntos en su estreno liguero a los Rockets en Houston, su estreno en New Orleans fue aún más espectacular. Cierto, los Kings son una de las peores franquicias de los últimos años –y bajo la gerencia de Vlade Divac, uno no sabe si van aremontar alguna vez–, pero 149 puntos siguen siendo muchos.

En total, 95 tiros de campo –uno menos que los Kings–, 33 tiros libres, 35 asistencias.... Una auténtica borrachera numérica, y el mayor lucimiento que se recuerde del hispano-montenegrino Nikola Mirotic desde que cruzara el Atlántico: 36 puntos, con 5 de 9 en triples, 9 rebotes, y la sensación de verse «cebado» a balones por el mismísimo Anthony Davis, que se quedó con 25 tantos, 10 rebotes y 6 asistencias. Hasta ocho jugadores de los Pelicans alcanzaron la decena, y sus seguidores, aunque igual no ganen nada, parece que se van a divertir.

Más que diversión, decepción sintieron en Utah al ver cómo a tres décimas del final, un palmeo del sueco Jonas Jerebko, otrora jugador de los Jazz, suponía su derrota ante los Warriors por 123-124. Los campeones se vieron contra las cuerdas hasta precisar de esa «mano divina», por encima de los 38 puntos de Durant y los 31 de Curry.

Avisos en el Este

Conviene mirar con lupa dos partidazos en el Este. Por un lado, el triunfo por 113-101 de Toronto sobre Boston, con 31 tantos de Kawhi Leonard. Por el otro, el 118-101 de Milwaukee sobre Indiana, con 26 puntos de Antetokounmpo, sin que el heleno añadiera un solo triple a los 17 que encestó su equipo.