Agustin Goikoetxea
Periodista
IKUSMIRA

«Justizia Iñigorentzat»

Hoy finaliza en la Audiencia de Bizkaia el juicio por el «caso Cabacas». Durante las once sesiones transcurridas, en la sala de vistas se han podido escuchar testimonios que han expuesto lo qué sucedió aquella noche, en que la celebración por la victoria del Athletic frente al Schalke 04 se transformó en tragedia, pero también muestras de miseria humana en estado puro, aderezada por un corporativismo y cierre de filas que estremece, aterra viendo el papel que cualquier sociedad otorga a la policía.

Al pie del cañón han estado Manu Cabacas y Fina Liceranzu, arropados por familiares y amigos, pidiendo responsabilidades. A cinco de los acusados se les vio un día disfrazados, como al Ministerio Público travestido en defensa de un modelo policial que repugna a poco que es escarbe en él. No ha sido un camino fácil, lo vienen repitiendo los padres desde que, aún sacudidos por la brutal realidad de la pérdida de su único hijo, emprendieron un camino lleno de obstáculos y de silencios vergonzantes, aderezados de maniobras para que ni tan siquiera hubiese juicio.

Ayer mismo, a la tarde, frente a la sede judicial donde hoy queda visto para sentencia, una manifestación volvió a exigir justicia. No cobijo esperanza alguna en que los ecos de ese clamor social hayan alcanzado a aquellos que no se han inmutado, o al parecer lo disimulan muy bien. A pesar de ello, no desistió en ese reto.

También ayer, en la Alhóndiga, se abrió el «espacio para el recuerdo de las víctimas», preámbulo del Día de la Memoria institucional. Un buen homenaje para estas víctimas sería hacer justicia, por ejemplo. «Justizia Iñigorentzat».