Martin Garitano
Periodista
IKUSMIRA

Hay que romper la jaula

Se cumplen ya cuarenta años de la Constitución Española de 1978 y, en estos días de despiste y zozobra política en España, habrá quien quiera celebrar el aniversario como si de un hito histórico se tratara. Una falsificación de la Historia, sin duda.

Porque lo que es cierto y verificable es que la tal Constitución Española no ha alcanzado ni uno solo de sus objetivos, más allá del enriquecimiento de corruptos y monarcas, y mucho sufrimiento.

La escribieron para sentenciar que el último deseo de Franco se cumpliera y la unidad del imperio resultara inmutable, aunque reducido ya a parte de la península ibérica, Ceuta, Melilla y la isla de Perejil.

Y cuatro décadas después Catalunya busca la puerta de salida y en Euskal Herria las fuerzas que defienden la soberanía siguen siendo mayoritarias y hay razones para pensar que puedan ser operativas más pronto que tarde. No han logrado asimilar a las naciones que someten.

Hay que recordar que la Constitución Española de 1978 se redacto al modo de una jaula. Para que nadie pudiera salir y nada, en el fondo, cambiara.

Hoy los ricos son los mismos que antes; los consejos de administración mantienen los mismos apellidos; la monarquía ha exhibido muestras de corrupción escandalosas; la ultraderecha vuelve a campar orgullosa y los pueblos que quieren ser libres y volar por su cuenta siguen encerrados y amenazados.

Los sucesos de Catalunya, asaltada por miles de guardias civiles y policías y la fotografía de los líderes catalanes presos lo dice todo.