Arrollados por UCAM Murcia
Después de controlar el ritmo hasta el descanso, los donostiarras se vieron desarbolados por los triples deOleson, las propias pérdidas y la capacidad física da Kllof y Soko. El público de Illunbe pitó al final del duelo.

DELTECO GBC 67
UCAM MURCIA 81
«Si las cosas nos salen como las hemos preparado, todo saldrá bien», afirmaba Miquel Salvó en la previa del duelo que enfrentaba a Delteco Gipuzkoa Basket y UCAM Murcia. Pero las cosas no salieron bien, nada bien, sobre todo tras el descanso, y el resultado fue que los pimentoneros arrollaron a GBC. Así, se llevaron su cuarto triunfo seguido de Illunbe y el público despidió a los jugadores con una sonora pitada al final del choque.
Se disputaron dos partidos en uno. El primero, el que llegó hasta el descanso con un resultado favorable a los de Sergio Valdeolmillos por 35-29 –hubieran sido más de haber metido los tiros libres–. Burjanadze ejercía de estilete, Jorge Gutiérrez sumaba puntos y ponía al duelo un ritmo cansino que contagiaba a UCAM Murcia, que por su parte aguantaba el tirón, pese a su falta de acierto desde la larga distancia, merced a los rebotes ofensivos. Los de Javier Juárez agarrarían hasta 12 rechaces en ataque.
Faltaba el segundo partido por disputarse, ese que nadie vio venir y que empezó con un triple de un Oleson que pareció rejuvenecer 11 años, de cuando vino a Illunbe por primera vez con el Rosalía de Castro en la LEB Oro y causó una grata impresión. El de Alaska enchufó varios triples seguidos, liderando el arranque de un parcial de 4-29, que en un abrir y cerrar de ojos reventaría el partido dejando el marcador en 39-58.
«No hay que perder la calma. Falta muchísimo partido», afirmaba Sergio Valdeolmillos a sus jugadores en un tiempo muerto. Ya para entonces Charlon Kloof y Ovie Soko dejaban patente su superioridad física, Sadiel Rojas que es un macarra incorregible y UCAM Murcia que, a campo abierto, era bien superior a Delteco Gipuzkoa Basket.
Y a pesar de todo, los donostiarras llegaron al último cuarto con vida: 51-61, disponiendo del último balón del tercer cuarto y el primero del último. El resultado no pudo ser peor: un parcial de 0-9 en el que el ritmo cansino de Gutiérrez se veía rematado por pérdidas de balón –un total de 18– para que los pimentoneros salieran a la carga y se gustasen arrollando a su rival a campo abierto. Dos tiros libres de Nevels, fruto de una falta antideportiva, fueron el primer alimento anotador de GBC, pero ya solo quedaba medio cuarto y el resultado era de 53-70.
Sin chispa
Uno de los peores errores que cometió el cuadro donostiarra fue no cerrar el rebote, lo cual le impidió salir corriendo salvo en contadas ocasiones. Jugando a 24 segundos, con un 33% de acierto en el triple –7 de 21– y dejándose ocho tiros libres, remontar 19 puntos es imposible, y lo que es peor, no quedó margen ni para la esperanza.
De hecho, con el resultado ya decidido, seguían siendo los murcianos quienes mantenían la tensión y el ritmo, con Soko y Kloof lanzados a la carrera a la menor oportunidad. Al final, GBC apenas si pudo maquillar el resultado, pero no el tremendo enojo de su parroquia, que ve cómo un rival directo por la permanencia se va a dos triunfos.

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