La Tribuna Oeste de Ipurua, inaugurada en 1974, tiene los días contados. Ayer comenzaron los trabajos previos a la demolición de la grada –retirada de asientos, videomarcador, cableado...–, que se producirá en las próximas semanas. La intención del club es que la nueva Tribuna, con la que se completará la reforma del estadio, pueda estrenarse con el comienzo de la próxima temporada.

Esta obra será la más costosa de toda la remodelación de Ipurua. Con diez millones presupuestados, casi duplica el dinero invertido en la reconstrucción de las Tribunas Norte (2’2 millones) y Este (3’2).

Claro que el proyecto también es más amplio que los anteriores y no se limita a la propia Tribuna. Esta albergará múltiples servicios, distribuídos en diferentes plantas. En un primer sótano, al nivel de la calle Santaines, se ubicará un garaje enfocado a la infraestructura que mueven los días de partido (unidades móviles de televisión, autobús del equipo visitante, vehículos de árbitros y seguridad...), zonas para prensa (sala de prensa, zona mixta, etc.) y otros espacios para usos diversos. Habrá otro aparcamiento, destinado a jugadores y cuerpo técnico del Eibar, en la entreplanta, donde también habrá espacio para el almacenaje de los carros de luz y el material de jardinería. En el nivel superior se habilitará un nuevo gimnasio.

La grada propiamente dicha contará con tres nuevos accesos, dos bares y nuevos servicios y su aforo pasará de las 1.200 localidades actuales a las 1.685; Ipurua alcanzará las 8.050.

Los terrenos

Pero la obra no acaba con la construcción de una nueva Tribuna. Aprovechando su demolición, el terreno de juego se desplazará 2’60 metros, ocupando parte del solar en el que se sitúa la grada actual, con lo que el club espera acabar con los problemas de visibilidad que sufren algunos espectadores de la Tribuna Este. Además, se construirá un nuevo campo anexo, con las mismas dimensiones que el anterior, que contará con una pequeña grada en su fondo Sur (junto a la carretera de Elgeta) y albergará vestuarios en la zona baja y oficinas en la alta.

Es bastante más complicado poner fecha a la conclusión de esa fase, ya que el Eibar necesita una parte del terreno que, a día de hoy, sigue siendo propiedad de las Concepcionistas y donde se ubica un convento ya deshabitado. De hecho, la obra está parada en esa zona desde octubre, después de que el representante de las Concepcionistas interpusiera una demanda por la ocupación del terreno.

No es el único trámite por resolver. El Ayuntamiento y las propietarias del solar trabajan en estos momentos para acordar un precio para la expropiación del terreno. Si lo alcanzan, el proceso concluirá en dos o tres meses. Si no, habría que recurrir a un mediador y se dilataría aún más en el tiempo. Pero es que, además, una vez realizada la expropiación, Ayuntamiento y Eibar deberán acordar la fórmula por la que el club se hace con la parte que necesita para completar la obra tal y como la ha proyectado.

Más de 1.700 abonados afectados

La construcción de la nueva tribuna acarreará «daños colaterales», ya que afectará a más de 1.700 abonados.

Por un lado, los más de 700 socios con una antigüedad superior a dos años que se sientan en la Tribuna Oeste, han sido reubicados en las otras tres gradas. El proceso de reubicación se llevó a cabo en verano pero el club ha abierto ahora una oficina temporal (Toribio Etxebarria, 2), donde estos abonados deben recoger sus nuevos carnets para poder acceder a sus nuevas localidades a partir de este mismo sábado, cuando el Valencia visita Ipurua.

Por su parte, los alrededor de 1.000 socios que se han abonado durante los dos últimos años, independientemente de la grada en la que se sitúen, verán suspendido su abono, tal y como se acordó en su momento, hasta que se complete la obra. El club, que no facilitará entradas a las aficiones visitantes esta temporada, les ofrecerá algunas ventajas durante este tiempo. A.U.L.