Dabid LAZKANOITURBURU
EL PARLAMENTO BRITÁNICO RECHAZA EL ACUERDO SOBRE EL BREXIT

May gana tiempo con un plan B y la presión recae ahora sobre Corbyn

La premier británica sigue deshojando la margarita de Don Tancredo sobre el Brexit mientras la presión recae sobre el líder laborista, renuente a reeditar el referéndum de 2016.

La líder conservadora de la Cámara de los Comunes, Andrea Leadsom, anunció que la premier, Theresa May, hará el lunes, día 21, una declaración sobre los próximos pasos del Brexit y presentará un plan B, que será debatido y votado una semana después, el 29 de enero.

El Parlamento redujo de 21 a 3 días hábiles el plazo a May para presentar un plan B en caso de que el acuerdo sobre el Brexit que negoció con la UE no saliera adelante. El acuerdo &dcThree;sobre el Brexit fue rechazada el martes de forma abrumadora con 432 votos en contra y solo 202 a favor. 118 diputados tories, junto con los 10 del unionista norirlandés DUP, sumaron sus votos a la oposición para infligir una derrota histórica y sin precedentes a la primera ministra.

Un día después, la moción de no confianza contra May presentada por el líder laborista, Jeremy Corbyn, era rechazada por 325 votos en contra (dos menos que la suma de los conservadores más el DUP) frente a 306.

Esta victoria pírrica de la inquilina del número 10 de Downing Street parece haberle dado alas para seguir con su plan de mantenerse en el poder a toda costa y para intentar conciliar lo difícilmente conciliable: el mandato popular para la salida británica de la UE y, a la vez, una solución que deje a Londres a medio camino entre Calais y Dover o, mejor dicho, entre Dublín y Belfast.

Consultas urbi et orbe

Mientras, May sigue con su ronda de consultas con los líderes de los partidos, de la que se ha autoexcluido Corbyn, en una táctica tancredista (tan cara para el desaparecido expresidente español, Mariano Rajoy).

Así, tras recibir ayer a la líder de DUP y a su número dos, Arlene Foster y Nigel Doods, respectivamente, estos últimos aseguraron que May se habría mostrado «receptiva» a sus propuestas. Foster insistió en que el nudo gordiano que impide que el DUP y el centenar largo de conservadores brexiters apoyen a May es la cláusula de salvaguarda (backstop), que establece que, si no hubiera un acuerdo comercial al final del periodo de transición, entre el 29 de marzo y diciembre de 2020, el norte de Irlanda seguiría teniendo un estatus especial alineado con el mercado único europeo, a fin de mantener abierta la frontera con Irlanda y proteger el proceso de paz.

En esta línea, y según “The Times”, los conservadores euroescépticos, por boca de la líder de los Comunes, Andrea Leadsom, insisten en tasar en el tiempo el backstop, y en incluir en el plan B la promesa de negociar un acuerdo de libre cambio siguiendo el modelo de Canadá.

Líneas rojas y oposición

Por contra, la oposición en bloque acusa a May de marear la perdiz y de no renunciar a sus líneas rojas, que se resumen en mantener el control de las fronteras, la legislación y el dinero, rechazar el mercado único y la unión aduanera y preservar la capacidad británica para firmar sus tratados comerciales.

Frente a ello, toda la oposición en bloque, desde los laboristas hasta el escocés SNP, pasando por los liberal-demócratas y los galeses de Plaid Cymru, exigen a May que renuncie explícitamente a un Brexit sin acuerdo, que extienda el plazo para la aplicación del artículo 50, previsto para el 29 de marzo, y que considere la celebración de un nuevo referéndum que incluya la posibilidad de continuar formando parte de la UE.

Pelota en el tejado de Corbyn

¿Toda la oposición? No. Y es que Corbyn está de acuerdo en exigir a May que renuncie a un Brexit sin acuerdo y a que prorrogue su eventual entrada en vigor a finales de marzo, pero sigue sin aceptar una reedición del referéndum de 2016 en el que un 51,9% de los británicos votaron a favor del Brexit. Mientras tanto, el líder laborista insiste en amenazar con presentar otra moción de censura, lo que podría alargar ad infinitum el impasse en el que está instalada la política británica.

Pero el tiempo que sigue administrando May –hay quien avanza que podría renunciar a un Brexit sin acuerdo e incluso a alargar el plazo– se le agota a Corbyn, a quien liberales, escoceses y galeses imploran para que respalde un nuevo referéndum. En la misma línea, más de 70 de los 256 diputados laboristas han pedido oficialmente un nuevo referéndum. Y El ex primer ministro británico, Tony Blair, aprovechó para arremeter contra Corbyn criticando su negativa a reunirse con May. «Si en un momento de crisis nacional, el primer ministro pide al líder de la oposición que venga a conversar, debe hacerlo», dijo.

La UE postergaría el Brexit, pero «razonado y por unas semanas»

La UE siguió hoy a la espera de que el debate en Gran Bretaña se serene y a que Londres aclare sus ideas e intenciones sobre su salida. Y es que, cuando faltan poco más de dos meses para el 29 de marzo, la fecha prevista para la marcha británica de la UE, cobra más peso la posibilidad de que Londres decida retrasar el Brexit.

El artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, sobre la salida de un Estado miembro establece un periodo de negociación de dos años desde que un país notifica al Consejo Europeo su intención de abandonar el club comunitario hasta que se produce la salida efectiva.

Sin embargo, ese plazo se puede prolongar si el país saliente lo solicita y los líderes de los demás socios comunitarios lo aprueban por unanimidad.

«Por supuesto, la petición tendría que establecer las razones para tal extensión», advirtió el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas.

Fuentes comunitarias temen un retraso de meses, y no solo semanas, pero advierten de que no lo harían gratis et amore. Por ejemplo, unas nuevas elecciones o un nuevo referéndum serían aceptados como argumentos para una prórroga, pero no simplemente dar más tiempo a los parlamentarios británicos. En todo caso, aceptarían un retraso de semanas. Y es que las elecciones europeas son en mayo, por lo que los plazos corren.GARA