Anjel Ordoñez
Periodista
JO PUNTUA

Enemigos

Para ser honesto, debo confesar que no conozco con la suficiente profundidad la realidad venezolana actual como para aportar un diagnóstico o interpretación novedosa propia sobre los acontecimientos socio-políticos que sacuden al país. A partir de ese reconocimiento, la simple observación de los hechos, las reacciones en el ámbito internacional y la comparación, más o menos tangencial, con otros casos contemporáneos, me permiten sostener una sólida defensa del Gobierno legítimo de Venezuela.

«Por tus enemigos te conocerán». El axioma se cumplía apenas unos minutos después de que el jefe de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se autoproclamara presidente en funciones de Venezuela: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respaldaba la tentativa de golpe de Estado y reconocía a Guaidó como mandatario legítimo, a pesar de que este no ha sido refrendado de ninguna manera por las urnas venezolanas. Por si a alguien le cabía alguna duda del impulso que mueve al Ejecutivo yanqui en este caso, la ha venido a disipar esta semana John Bolton, asesor del Gobierno de Trump: «Sería una gran ventaja para los Estados Unidos, económicamente, si pudiéramos tener a las empresas petroleras estadounidenses invirtiendo y produciendo petróleo en Venezuela». También Bolsonaro, presidente de Brasil, se sumaba al coro de voces interesadas que validan el alzamiento contra el Gobierno bolivariano y ha propuesto «asfixiar» a Venezuela para «restablecer el orden y la democracia». Bolsonaro, el defensor de las milicias paramilitares, el amigo confeso y orgulloso de los grupos de exterminio.

Y más cerca, los líderes de Ciudadanos y Partido Popular jaleaban exultantes a Guaidó y presionaban al PSOE para lo reconozca, mientras coincidían en denunciar la existencia de presos políticos en Venezuela. Pues en Venezuela no sé, ya lo decía al principio, pero lo que sí sé es que los hay, y muchos, en las prisiones de toda la geografía española. Vascos, catalanes, gallegos... que han pagado muy cara su defensa inquebrantable de los derechos democráticos de sus pueblos.