No puedo levantar la vista sin encontrarme con algo de diseño. Hace unos años corría una duda: ¿estudias o diseñas? La variante ¿trabajas o diseñas? queda increíble en estos momentos históricos. ¿Todo es de diseño? O sea, nada es diseño, ni de diseño, ni diseñado, sino prefabricado que es diferente. Te diseñan todo, pero todo está prediseñado. Repeticiones hasta la náusea del mismo diseño de estructuras de comunicación torcida con apenas variaciones circunstanciales y casuales. En política, como no hay programas, existen diseños de composiciones verbales que crean espuma para ocultar ideas tóxicas. O potenciarlas con efectos retardados.

El Canal Cuatro, de Mediaset, ha cerrado sus informativos. Los sustituye con programas de actualidad, con más deportes, más corresponsales desplegados para mostrar peculiaridades locales y por ello se coloca en un lugar desplazado del ruido, que buscará su influencia en otro territorio de la sociología aplicada. Los asuntos de la intimidad de quienes buscan sus minutos de gloria televisiva despojándose de cualquier muestra de dignidad. Una segunda versión de la toxicidad política en forma de famoseo de Telecinco. Porque Jorge Javier Vázquez es el agente amarillo, el militante más implacable de la desmovilización y de la confusión. Un naranjito disfrazado. El duopolio debe ir tomando posiciones.

En La Sexta, mientras sean estrellas Inda y Marhuenda, su cinismo y contribución al crecimiento de Ppox será innegable. Sus programas de simulación política, no son periodismo, son propaganda de diseño. ¿De quién preguntas? Depende. La acumulación de tertulianos del trifacio no parece casual. Consiguen sus objetivos por agotamiento. TVE no ha terminado su proceso de renovación. Crecen los problemas. Su situación es de mayor inseguridad que nunca.