Aimar ETXEBERRIA
París-Niza

Groenewegen y Gorka Izagirre, cara y cruz de la jornada

En el ciclismo no hace falta un Tourmalet para que el espectáculo se apodere de la carrera. Basta con una llanura, un fuerte viento y ganas de los corredores para animar la jornada, factores que convergieron en la segunda etapa de la ronda francesa (Les Bréviaires-Bellegarde, 163 km), ganada por el esprinter neerlandés Dylan Groenewegen.

Tras una jornada en la que el viento y, por consiguiente, los abanicos fueron una constante, fue un grupo reducido de siete corredores el que se presentó en la meta de Bellegarde. En él se encontraban favoritos como Egan Bernal o Michal Kwiatkowski, ambos del Sky, equipo responsable del último y decisivo abanico de la jornada, perpetrado a unos seis kilómetros de meta, donde el joven neerlandés resultó imbatible al esprint.

La nota negativa de la jornada la puso el abandono de Gorka Izagirre a consecuencia de una caída. El mayor de los hermanos de Ormaiztegi era de entre los dos el único que mantenía esperanzas de disputar la general después de haber salvado con éxito los abanicos de la primera etapa. Ion volvió a perder un tiempo considerable en meta.