Ibai AZPARREN
EXITOSA MOVILIZACIÓN DEL INDEPENDENTISMO CATALÁN

CATALUNYA TIñE DE AMARILLO Y SE HACE OÍR MUY ALTO EN MADRID

EL INDEPENDENTISMO CATALÁN DIO MÁS QUE UN GOLPE DE EFECTO AYER EN EL CENTRO DE MADRID. DECENAS DE MILES DE PERSONAS REIVINDICARON LA AUTODETERMINACIÓN A POCOS CIENTOS DE METROS DEL TRIBUNAL SUPREMO EN QUE SE JUZGA A SUS LÍDERES, Y EN EL MISMO TONO COLORIDO Y FESTIVO QUE EL ESTADO SE HA EMPEñADO EN CRIMINALIZAR.

Las calles de Madrid se habían teñido de amarillo desde primera hora de la mañana. Puede que los más de 500 autobuses, una quincena de trenes y vehículos propios que se desplazaban hasta la capital del Estado español desde Catalunya, Euskal Herria, Galiza, Andalucía o la zona de València garantizaran el éxito, pero no cabía vaticinar que la manifestación por el derecho de la autodeterminación y contra el juicio a los líderes independentistas convocada por ANC y Òmnium Cultural terminara reuniendo a 120.000 personas según los organizadores (rebajados a 18.000 por la Delegación del Gobierno español y en terreno intermedio según otras fuentes, decenas de miles en cualquier caso ).

Por la mañana comenzaba a desplegarse un amplio positivo policial por el Paseo del Prado, mientras miles de catalanes vestidos de amarillo ya se hacían fotos en Cibeles, Neptuno e incluso el Congreso de los Diputados, entremezclados con turistas que no sabían de qué iba todo esto y madrileños perplejos ante tantos catalanes movilizados. «¿Quienes son estos?», preguntaba una mujer. «Creo que catalanes», respondía su amiga. «Y ¿qué hacen aquí, como Pedro por su casa?», añadía sorprendida. Las dudas en torno a la manifestación eran patentes por el escenario hostil que supone Madrid. Pero terminó siendo un éxito.

Las calles estaban a rebosar horas antes del comienzo de la manifestación. Pancartas de ‘‘No pasarán”, ‘‘La autodeterminación no es delito’’ o ‘‘Juicio farsa’’ destacaban de Atocha a Cibeles. Y también la de “Altsasukoak aske”. Por otra parte, columnas de abogados por el derecho a la autodeterminación, de municipios por la independencia, del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Izquierda Castellana o la formada por las delegaciones vascas (participaron Gure Esku Dago, Altsasu Gurasoak y EH Bildu) confluían entre esteladas, ikurriñas y banderas de Castilla, Galiza, Córsica, Uruguay o Argentina. Y republicanas, porque varios colectivos madrileños a favor del derecho a decidir encontraban como podían hueco también en la manifestación.

Mensaje de Cuixart

A la cabeza, el actual president, Quim Torra, el exmandatario Artur Mas, el diputado Gabriel Rufián o los responsables de ANC y Òmnium Elisenda Paluzie y Marcel Mauri no pararon de fotografiarse con quien quisiera, separados por voluntarios de Izquierda Castellana que se encargaban de buena parte de la seguridad.

El ambiente festivo destacó en toda la manifestación, de no ser por los cientos de peligrosas botellas de Fairy que portaban los manifestantes.

La masiva participación en la manifestación provocó, por un lado, que la cabeza de la manifestación partiera desde la Plaza de la Lealtad, a un kilómetro de Cibeles (Atocha estaba a dos kilómetros), y por otro, que varios periodistas perdieran los nervios por la poca cobertura que les impedía tuitear.

La manifestación apenas avanzaba 20 metros cada diez minutos, entre consignas a favor de la unidad o las ya clásicas “1 de octubre, ni olvido ni perdón” o ‘‘Independencia’’. También se escucharon lemas como “Hemos venido a despedirnos” pero, sin duda, la más coreada fue un emblema del antifascismo español: ‘‘No pasarán”.

La consigna la gritó también en el acto final Mauri, vicepresidente de Òmnium Cultural, que leyó una carta de Jordi Cuixart enviada desde la prisión de Soto del Real. Remarcaba que «ningún movimiento social puede ser perseguido por ejercer derechos fundamentales» y que la consulta del 1 de octubre de 2017 fue «el mayor acto de desobediencia civil de Europa». Le sumó un agradecimiento a «la solidaridad de los pueblos» representados en la protesta, y les llamó a estar «unidos frente al fascismo», «esa amenaza».

En ello insistió también Oscar Reina, portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores.

Por su parte, la presidenta de la ANC, Elisenda Plauzie, tildó el proceso a los líderes independentistas de «vergüenza democrática» y subrayó que el derecho a la autodeterminación es «un instrumento de paz» y que la república catalana «no va contra nadie, es una oportunidad para todos».

En la tribuna hubo turno también para Antxon Ramírez de Alda, padre de Adur, uno de los altsasuarras encarcelados. «Estamos aquí junto a miles apoyando una demanda general: justicia. Estamos aquí para defender los derechos fundamentales», destacó. Denunció la manipulación política, mediática y judicial en torno al caso y recordó la manifestación que tendrá lugar el próximo fin de semana en la capital de Sakana.

También participaron en el acto familiares de los presos políticos catalanes, la periodista Patricia López, y Jaime Pastor y Elena Martínez, madrileños miembros de colectivos a favor del derecho a decidir.

Emoción de Puigdemont

El independentismo se felicitó por el éxito de la marcha antes de emprender camino de vuelta a su país. En Waterloo, desde su cuenta de Twitter, Carles Puigdemont consideró que estamos ante un «día histórico. Un gran éxito de organización y movilización». «Muy emocionado viendo el éxito de la manifestación de Madrid. Muy, muy importante haberla hecho, y haberla hecho tal como fue concebida: con esteladas, en la calle, de carácter festivo y reivindicativo. Y acompañados de gente de toda España. Gracias», subrayó en otro mensaje.

Durante el acto en la Plaza de Cibeles se mostraron imágenes de los líderes presos defendiéndose en el juicio mientras brotaban salvas de aplausos y también caía alguna que otra lágrima. Llantos que se generalizaron cuando sonó ‘‘L´estaca’’ para dar fin a una movilización sin duda histórica y las decenas de miles de manifestantes encendieron sus linternas para terminar de alumbrar su mensaje en el corazón de Madrid.