Marta Cárdenas (Donostia, 1944) expone parte de su obra más reciente en la Galería Ekain, inaugurada este viernes y que podrá visitarse hasta el 9 de junio. Esta artista de trayectoria consolidada y afincada en Madrid, regresa a Donostia con una selección de pinturas realizadas en los últimos diez años. Y como viene siendo habitual en su recorrido artístico, los colores mantienen el protagonismo en sus creaciones. «Los colores son la vida», afirma la artista mientras da explicaciones sobre la procedencia del vestido con el que se presenta a la cita con GARA. «Es de un amigo africano que cose las prendas en un local de Madrid», asegura.

Su viaje inicial en el mundo de la pintura y su posterior desarrollo muestran la metamorfosis a la que se ha sometido Cárdenas a través de sus obras. En sus primeras composiciones Cárdenas realiza obras más figurativas, con paisajes interiores estancos y tonalidades más grises. «Lo que se pintaba aquí era todo más gris y yo pintaba lo que veía, según veían mis ojos».

Posteriormente comenzó a pintar paisajes, donde los colores comenzaron a entrar en la obra de esta artista. «El paisaje te exige trabajar con más colores».

Pero no fue hasta la década de los 90 cuando realmente Cárdenas dio un giro en su estilo artístico, realizando un viraje hacia lo abstracto. La clave fue el viaje que realizó a la India. «Perdí los colores y mi cámara de fotos se estropeó. Durante todo el viaje apunté todos los valores tonales que veía». Sin quererlo, comenzó a escribir su arte o, quizás, a grabar en su memoria todas las tonalidades y colores que aquel nuevo paisaje le ofreció.

Trabajar con más colores, investigar sobre ellos, propició que Cárdenas se inclinara más al mundo abstracto. Necesitaba sumergirse en ese área para poder desarrollar sus obras. Porque, según señala, sus pinturas son siempre la consecuencia de un desarrollo. «Empiezo a hacer un cosa y sigo, y sigo, y sigo. Voy desarrollándolo».

El resultado son siempre propuestas muy dinámicas y que, lejos de quedarse en pinturas planas, contienen un volumen apreciable nada más verlas. La mayoría de las obras que presenta en la Galería Ekain están realizadas sobre papel y con óleos en barra, aunque la artista también expone trabajos llevados a cabo sobre lija o madera. «El óleo en barra es una maravilla. Es más seco que el óleo y se trabaja muy bien sobre madera y otros soportes». También muestra algunas propuestas realizadas con pintura acrílica.

El relieve es uno de los efectos con los que trabaja Cárdenas y lo consigue jugando con diferentes valores tonales en cada cuadro. O la lija. «En algunas pinturas –dice señalando una de ellas– no se nota la porosidad de la pintura porque la lija es muy fina, pero en esta –continúa por la siguiente obra– el grano es más grande». El relieve, aumenta.

Otras culturas

La obra de Cárdenas se ha visto influida por otras culturas. A pesar de que aquel viaje a la India fuera clave en su recorrido profesional, esta artista donostiarra no ha dejado de alimentarse por el flujo de culturas del mundo. Menciona, entre otras, la china o la japonesa, pero también la precolombina. Pinturas que inspiran diferentes lugares del mundo y que reflejan también su cercanía con la naturaleza.

«Ahora, mi forma de viajar es internet», asegura la artista. «Tenemos el mundo entero en un ordenador, desde los neanderthales hasta las personas de hoy en día». Confiesa que esos «viajes» le sirven para empaparse de otras culturas y así poder desarrollar posteriormente sus ideas y sus interpretaciones sobre un soporte físico. «He vuelto, como aquellos maestros tan artistas, a la búsqueda de otras culturas. El inconmensurable mundo ‘del uno al otro confín’, de lo rupestre a lo actual, que la red hoy me ofrece... ¡qué de sorpresas! En lo decorativo, utilitario, mágico, popular o culto, mil ocurrencias deslumbrantes me esperan gritando: ‘¡píntame!’».