Amaia U. LASAGABASTER
DERBI EN EL SADAR

Mucha intensidad, poco espectáculo y ningún gol

El primer derbi de la temporada se saldó con reparto de puntos. El resultado más lógico, visto un encuentro en el que los zagueros, con permiso de un activo Chimy Ávila, fueron los más acertados.

OSASUNA 0

EIBAR 0


Osasuna prolonga su racha de imbatibilidad en el Sadar (19 victorias y tres empates) y en su regreso a Primera, en el suma ya cuatro puntos ante dos rivales directos frente a los que ha dejado su puerta a cero. El Eibar suma su primer punto de la temporada, gracias a un partido en el que, sin acercarse mínimamente al equipo que ha sido estas últimas campañas, mejoró la imagen ofrecida en la primera jornada frente al Mallorca.

Eso, para los que quieran ver el vaso medio lleno, un cometido más sencillo, a día de hoy, para la familia rojilla. A quien le cueste más tararear a los Monty Python, el primer derbi de la temporada le dejaría la sensación de que un chapuzón habría sido una opción mucho más acertada para la tarde en la que el fútbol de Primera, tras dos años de espera, regresó al Sadar. Porque intensidad hubo mucha pero espectáculo, poquito. Y ni siquiera la combinación de igualdad en el marcador y cuenta atrás en el cronómetro pudo encender la chispa de la emoción porque el avance del reloj sólo sirvió para ir constatando que ayer no había nadie sobre el césped con capacidad suficiente para desequilibrar el choque, en el que los defensas se sintieron mucho más cómodos que los atacantes.

Con permiso de Chimy Ávila, el único delantero sobre el césped que inquietó al rival. Al argentino, que la temporada pasada ya les hizo a los armeros uno de los goles del año, el juego del Eibar le viene como anillo al dedo. Su equipo lo sabía y trató de explotar los balones a la espalda de la zaga rival en busca de la velocidad de su ariete, que en los cuatro minutos ya generó un par de sustos, aunque ambas ocasiones acabaron anuladas por fuera de juego.

Superado el mal trago los eibarreses, algo más cerca de su portería de lo habitual, se asentaron. En defensa. Porque en ataque fueron un solar. Obligado a tirar de balones largos, con dos de sus mayores generadores de peligro fuera del equipo –uno en el Villarreal y el otro en la enfermería–, y con Aridane ejerciendo de frontón, el equipo de José Luis Mendilibar fue incapaz de inquietar a Rubén. La primera parte se consumió sin que enviara un solo balón entre los tres palos y tras haber pisado el área local en apenas un par de ocasiones. Osasuna dio siempre mayor sensación de peligro aunque en el terreno práctico no fue mucho mejor que su rival. A la parroquia rojilla sólo se le escapó el «uy» con un disparo de Moncayola desde la frontal que Dmitrovic envió a córner junto a la base del poste y otro de Roberto Torres desde una posición similar que se marchó por poco.

El partido se animó, sin excesos, tras el descanso. El Eibar dio un pasito adelante y aunque seguía sin exigir a Rubén, los locales no se sentían tan seguros. Así que les costó un poquito más animarse a salir al contragolpe. Pero también le causaron más problemas al equipo guipuzcoano cuando lo hicieron. Marc Cardona, inédito en el primer tiempo, unió fuerzas con Ávila para que Dmitrovic tuviera que lucirse de nuevo. Aunque sólo fuera una vez.

Mediada la segunda parte, los dos técnicos apostaron por reforzar el centro del campo, que hasta entonces no había olido el balón en ninguno de los dos bandos. Pero ni la entrada de Rubén García ni la de Edu Expósito se notó en exceso.

El cansancio y el calor no restaron intensidad al partido pero sí aumentaron las imprecisiones. Había muchas más posibilidades de que el partido se rompiera por un error que por un acierto. Por si acaso, el Eibar volvió a asomarse a la parcela navarra en la recta final, pero ni a balón parado –forzó un par de faltas peligrosas y córners en los últimos minutos–, ni mucho menos en jugada fue capaz de romper un encuentro condenado al empate.

Se suma al triunfo de la semana pasada para Osasuna, que la próxima semana se enfrenta a su primer «coco», con la visita del Barcelona al Sadar. Tampoco lo tendrá fácil el Eibar, que completa este triple desplazamiento inicial con el partido del Wanda Metropolitano frente al Atlético de Madrid.