Anjel Ordóñez
Periodista
JO PUNTUA

Ordeno y mando

Es gracia que espera obtener del recto proceder de V.E., cuya vida guarde Dios muchos años para el bien de España». Después de mucho investigar, creo que este es uno de los párrafos que el alcalde de Iruñea, el excelentísimo Don Enrique Maya, echa en falta en la redacción del contrato artístico que en su día rubricó el Consistorio para llevar a cabo la actuación de Pirritx, Porrotx y Marimotots el día de San Saturnino en el Auditorio Baluarte.

Al final, Enrique Maya ha tenido que reconocerlo: mientras él sea el alcalde de Iruñea, al menos en materia cultural (y habrá que suponer que en el resto de asuntos no aplicará criterios diferentes), contratará a quien a él le dé la gana. Después de un torpe intento de esconder la decisión de suspender la actuación tras subterfugios administrativos, el representante de la derecha navarra ha puesto blanco sobre negro cuál es su estilo: «Ordeno y mando». Y lo mismo le da lo que diga el Ararteko o el Sursum corda.

Entiendo que su ilustrísima sea más de los payasos de la tele o de los cantajuegos. Y lo respeto. Pero una gran parte de la población infantil del municipio en el que gobierna prefiere las canciones de Pirritx, Porrotx y Marimotots. Porque son desde hace ya muchos años un referente esencial para el entretenimiento de los más pequeños en Euskal Herria, y porque han sabido colarse en sus corazones con espectáculos cargados de diversión, pero también de valores. Valores como la defensa del euskara y de la cultura vasca, sí, pero también otros como el respeto a los diferentes. Y de eso, su ilustrísima no quiere saber nada.

«Nuestra obligación es centrarnos en lo que nos une y desterrar lo que nos separa; centrarnos en la ciudad y desterrar la ideologización extrema del día a día municipal». Esta frase, rescatada de la hemeroteca, la pronunció Maya el día en que fue investido alcalde de la capital navarra. Hace solamente cinco meses. Pues me parece a mí que utilizar las ilusiones de los niños para tratar de liquidar oscuros revanchismos políticos anclados en modelos del pasado, no es la mejor manera de reivindicarse como alcalde de todos los iruindarras.