Sin esperar a largos procesos burocráticos, el Parlamento Europeo reconoció ayer al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y a su exconsejero Toni Comín la condición de eurodiputados, un día después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea estableciera, en el caso de Oriol Junqueras, que esa condición se adquiere desde la proclamación de los resultados de los comicios europeos.

Antes del mediodía, Puigdemont y Comín accedieron a la Eurocámara, donde hasta ahora tenían vetada la entrada, y obtuvieron una acreditación provisional como parlamentarios, a expensas de cumplimentar los trámites formales para ser reconocidos como miembros de pleno derecho, incluida la inmunidad parlamentaria.

«El hecho de que estemos aquí es una gran victoria para Europa», declaró Puigdemont a la prensa, a su llegada a la sede de la Eurocámara. A la entrada les esperaba la eurodiputada belga Assita Kanko, del partido nacionalista flamenco N-VA, al que Puigdemont agradeció públicamente que «nos ha ayudado mucho desde el principio». Sin embargo, anunció que no se unirá a su grupo parlamentario, sino al de Los Verdes-Alianza Libre Europea, al que también están adscritos los europarlamentarios de ERC.

Cuando Gran Bretaña deje la UE, a Puigdemont y Comín se les sumará como eurodiputada, previsiblemente el próximo mes de febrero, la exconsejera autonómica Clara Ponsatí, que paradójicamente reside en la actualidad en Escocia.

La sentencia del TJUE que determina que Oriol Junqueras debía haber adquirido su condición de eurodiputado y las prerrogativas que le acompañan desde el mismo momento en el que su elección fue proclamada, lo que ha servido para abrir las puertas de la Eurocámara a Carles Puigdemont y a Toni Comín, cayó de lleno sobre las conversaciones que ERC mantiene con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez.

Junqueras: «No parar»

En una primera reacción, ERC paralizó el diálogo, a la espera de cómo se pronunciaba el Gobierno y la Abogacía del Estado ante la sentencia. Pero ayer, en una entrevista escrita concedida desde prisión, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, se declaró partidario de avanzar en el diálogo en cualquier contexto e independientemente de su situación. Se entiende que su respuesta tendrá peso sin duda en la posición del partido.

Afirmó que «no se debe parar la negociación en ningún caso. Se debe estar dispuesto a dialogar siempre, con todo el mundo, independientemente de que yo esté o no en la prisión».

Junqueras expuso que en las negociaciones con el PSOE, ERC no les puede decir que no defiendan la unidad de España, al igual que sus interlocutores no pueden decirles a ellos que renuncien a la autodeterminación, y añadió que el derecho a la autodeterminación se debe ejercer «cuando haya una mayoría clara, explícita, expresada en las urnas»

El presidente de ERC defendió en la entrevista concedida con antelación las acciones llevadas a cabo durante el «procés» antes de entrar a prisión: «Nada de lo que hicimos era delito, no solo era legítimo, sino que era legal, y hemos ganado el derecho a volverlo a intentar. Y asumimos los riesgos que implicaba intentarlo, y uno de estos riesgos era estar en la prisión, y aquí estamos», manifestó.

ERC afrontará hoy la segunda parte de su 28 Congreso Nacional, para el que se han inscrito unos 1.700 militantes, con la vista puesta en las repercusiones que tendrá la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que reconoce la inmunidad del líder de este partido y con el debate de la ponencia política estratégica. Oriol Junqueras y Marta Rovira fueron reelegidos como presidente y secretaria general en la primera mitad del congreso, en la jornada electoral del 15 de setiembre.

Investidura

Por su parte, el Gobierno español afirmó ayer que «no renuncia» a la posibilidad de investir a Pedro Sánchez antes de final de año, aunque entiende que la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la inmunidad del líder encarcelado de ERC ha introducido «algún obstáculo en el camino».

La tesis de la portavoz del Ejecutivo español en funciones, Isabel Celaá, fue que «dejemos lo judicial en manos de los tribunales y sigamos por la vía política». Añadió Celaá que «de ninguna de las maneras va a aceptar ningún condicionamiento de la política en la justicia», ni viceversa,