Iñigo Antepara y Armando Valbuena
Miembros de la Iniciativa por el derecho a techo y contra la exclusión social de Gazteiz
KOLABORAZIOA

Algo inhumano está ocurriendo en Olarizu

Madrugada del 14 de noviembre de 2016, Rosa muere en Reus en una casa que tenía alquilada a causa de un incendio provocado por las velas con las que se alumbraba. Tras dos meses sin suministro eléctrico por impago, Rosa, de 81 años, falleció en silencio. Aunque usuaria de los Servicios Sociales de Reus desde 2013, el Ayuntamiento aseguró que desconocía su situación de extrema vulnerabilidad. Esta fue la chispa que dio origen a la Alianza contra la Pobreza Energética en Cataluña, gracias a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

Hemos estado a punto de tener nuestra «Rosa vitoriana» en Olarizu. Una mesa de madera prendía el domingo 29 de diciembre de madrugada a causa de una vela. Es una de las pocas opciones para alumbrarse en ese edificio, que Iberdrola dejó sin luz. Tampoco había agua para apagarlo, el Ayuntamiento se ha encargado de dejar sin agua a todas las familias que allí viven: no hay agua ni en los jardines. Gracias a los bomberos la cosa no fue a mayores, aunque una desgracia mayor no ha quedado lejos. En los medios se vuelve a criminalizar a las personas que ahí viven.

En Vitoria-Gasteiz hay una emergencia habitacional que no encuentra la debida respuesta por parte de las administraciones públicas, especialmente por parte del Ayuntamiento de la ciudad, pero tampoco por parte de la Diputación Foral de Álava o del Gobierno Vasco. Los recursos de Ayuntamiento y Diputación, previstos en la cartera de prestaciones y servicios del sistema vasco de servicios sociales, son insuficientes. Centros como el albergue municipal, el Aterpe o los pisos tutelados para personas en riesgo de exclusión social son escasos y están totalmente saturados.

Todas estas barreras al acceso a la vivienda han derivado en que más de cien personas, incluidos menores, se hayan visto obligadas por necesidad a ocupar viviendas vacías propiedad del Ayuntamiento, en Olarizu y otras zonas. Muchos de ellos venían de pasar días durmiendo en la calle.

Las noticias que recibimos de Olarizu no son justas con la realidad, pero no podemos hacer nada más que denunciarlo. Sin embargo, la respuesta de las administraciones no puede ser la pasividad, minimizar el problema, o criminalizar a personas o colectivos que en situación de extrema necesidad denuncian su derecho a un techo por los medios que pueden.

Seguro que algunos piensan: «Es Navidad, no es época para que nos importunen con estas cosas». Entonces les podemos preguntar qué les molesta más: ¿que se mueran de frío en la calle? o ¿que no lo hagan en silencio como Rosa?