Floren Aoiz
@elomendia
JOPUNTUA

Periferizar el centro, articular el país

Elecciones en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa este 12 de julio, en plenos no-sanfermines. Si nos lo hubieran dicho hace un año nos habríamos reído, pero por mucho que el coronavirus haga de las suyas, Feijóo y Urkullu, Urkullu y Feijóo, no piensan parar, porque creen que es mejor no dar más juego al reloj. Y eso que el del jeltzale está detenido hace décadas: la última estupidez sobre la caducidad de los Estados es una de las que sus compañeros de partido nos quisieron colocar en las conversaciones PNV-HB ¡de 1992! Hace 28 años ya estaban muertos los Estados, porque la globalización patatín, la unidad europea patatán y, en resumen, las regiones iban a ser poco menos que soberanas. Propaganda neoliberal con txapela, más que viejuna, casposa, pero insustituible cuando la perspectiva estratégica no da para más.

Y precisamente de eso va esta columnilla de hoy, de la posibilidad de que la CAV salga de este largo día de la marmota y se airee con las vientos frescos que llegan desde Nafarroa e Ipar Euskal Herria. Como en todas partes cuecen habas, también en nuestro país hemos reproducido esquemas de centro y periferia. Los hay por donde quiera que vayas, son tan viejos como la polka y resulta muy difícil superarlos, sobre todo si no somos capaces de reconocerlos.

También en Euskal Herria cierta parte del país se ha sentido centro y ha tratado al resto como periferia. No se trata de algo teorizado, muchas veces ni siquiera era verbalizado, pero los «márgenes» los hemos experimentado, aunque hayamos hecho algo parecido con otras «periferias». Por eso no es una cuestión de culpas, sino de marcos asumidos inconscientemente, heredados, por mucho que nos pese, de uno de los Estados más centralistas de Europa, Francia, y su mala copia, España. Yo no sé qué va a pasar este extraño domingo electoral en julio, pero sería una maravillosa noticia que el centro se hiciera un poco más periferia.