Victor ESQUIROL
TEMPLOS CINÉFILOS

2020, año Abel Ferrara

A estas alturas del cuento (de terror), sobra decir que 2020 es esa pesadilla de la que no podemos despertar; ese mal trago que, a cada segundo que pasa, se hace más y más indigesto. Desgraciadamente, la experiencia vital de los últimos meses es algo que la amplísima mayoría de la población mundial (críticos cinematográficos inclusive) se va a llevar a la tumba como un via crucis seguramente desproporcionado a todos los pecados que se hayan podido cometer antes. El infierno tiene esto, que es injusto, que es insoportable...

Pero también, ya se sabe, no hay mal que por bien no venga. O como dijo aquel genio: «Cuanto peor, mejor para todos, y cuanto peor para todos, mejor... mejor para mí, el suyo beneficio político». Amén. ¿La diarrea mental puede convertirse en oro? Puede, solo que aquí la satisfacción fue puramente artística. Fuera de Competición tuvimos la suerte de ver “Sportin’ Life”, nuevo trabajo del maestro Abel Ferrara, el hombre que escupe, defeca, vomita y sangra cine. En principio, la película era un documental sobre la presentación de “Siberia” (último film hasta la fecha de este mismo director) en la última Berlinale... pero a la hora de la verdad, resultó ser mucho más que esto.

En total fue apenas una hora y cinco minutos de metraje, pero dio la sensación de que ahí estaba encapsulada la energía –incombustible– de meses, años, décadas… Abel Ferrara convirtió el autorretrato en alegato político, y este estalló como glorioso documento histórico. El cineasta del Bronx repasó algunos de los grandes éxitos de su carrera, tanto fílmica como musical. Los clips de sus películas más famosas y controvertidas fueron de la mano de varias actuaciones de su banda de rock. Y en efecto, lo que estábamos viendo parecía ser una retransmisión, en riguroso y rabiosísimo directo, de un planeta a las puertas del apocalipsis. De repente, la pantalla nos mostró los últimos segundos de vida de George Floyd y hospitales atestados por la crisis del coronavirus. Y 2020, por fin, lo dejó claro: estamos instalados en el mundo de Abel Ferrara, el hombre que debe enseñarnos a vivir en el infierno.

Con esta agitación en el cuerpo, tocó seguir con una Competición que, como cabía esperar, no estuvo a la altura (algo que, para ser justos, fue más mérito de “Sportin’ Life”). El iraní Majid Majidi presentó “Sun Children”, nervioso y a ratos emocionante retrato de la infancia más desamparada, suerte de “Isla del tesoro” ambientada en la despiadada realidad urbana de su país natal. Con ello, el director dio una lección de cómo trabajar con jóvenes intérpretes, y de cómo transmitirnos, de forma muy pura, unos valores humanos por los que se debe luchar.

Por último, la noruega Mona Fastvold trajo la película americana “The World of Tomorrow”, protagonizada por Katherine Waterson, Vanessa Kirby y Casey Affleck. Lujoso cartel concretado en un drama romántico histórico que, a pesar de su mensaje feminista, dio bastante igual. La buena factura técnica quedó como único activo no acallado por una omnipresente voz en off empeñada en explicarnos todas las imágenes proyectadas. Bella, pero irrelevante. Poco, casi nada.