Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Uno cero uno, el límite de lo imposible»

El mito de la sirena hecho realidad deportiva

La fotografía que acompaña a la crítica es de la verdadera Natalia Molchánova, cuyo nombre ha sido cambiado en este biopic deportivo por el ficticio de Marina Gordeeva. Desconozco las razones de semejante decisión, o si son de índole legal, pero es posible que tengan que ver con la desaparición de la apneísta durante una inmersión en aguas de Formentera. Sea como fuere, genera un cierto distanciamiento con respecto a la figura real, algo que resta fuerza a una película que se queda lejos en su significado sobre la relación del ser humano con el principio vital del agua, que en cambio sí supo expresar de forma magistral Luc Besson en “El gran azul” (1988), un hito que el cineasta no ha vuelto a alcanzar durante el resto de su carrera.

“Odin vdokh” (2020), título ruso que debería haber sido traducido como “Un respiro”, funciona como obra divulgativa, gracias al empeño de Elena Hazanova, que se mueve profesionalmente entre Rusia y Suiza, por dar a conocer a una de las mujeres más extraordinarias que en el mundo han sido. Encarnada por Viktoriya Isakova con gran poder de convicción, impresiona por ser el ejemplo perfecto de superación personal a través del deporte. Molchánova tuvo que dejar su carrera de prometedora nadadora por culpa de la mala relación con su padre y fue un socorrista en Turquía quien, al ser testigo de cómo la rusa salvaba a alguien que se ahogaba, le recomendó que practicara el buceo libre y la apnea. Fue así como comenzó tardíamente, con más de cuarenta años, a batir récords y ganar todos los campeonatos habidos y por haber de tan arriesgada especialidad.

Había en la campeona una motivación íntima para zambullirse sin bombonas de oxígeno, toda vez que su actividad en pleno contacto con la naturaleza marina le servía de terapia para superar sus miedos, y le vino bien en un momento que salía de un divorcio con dos hijos adolescentes de por medio.