Ramón Sola
Redactor jefe de actualidad

Sí, Unai Parot debería estar libre: lo dice la ley española

La campaña organizada para tergiversar la marcha por la libertad de Unai Parot no aclara hasta cuándo creen que debería seguir encarcelado, pero la ley española da la razón a los convocantes.

Cuando el pasado domingo en “El Diario Vasco” al líder del PP en la CAV le preguntaron por la marcha de hoy sábado en Arrasate (finalmente suspendida), Carlos Iturgaiz respondió que sabía perfectamente que Unai Parot llevaba 31 años preso, y acto seguido añadió que a ver si acaso tendría que «estar en un spa». Ese es el nivel que ha tomado la campaña. Para los convocantes de la movilización, obviamente 31 años de prisión suponen una barbaridad. Para quienes se han situado en contra, no hay más punto de vista que el de los atentados perpetrados. Prescindiendo de abordar el debate desde criterios de humanidad o resocialización, algo que parece inviable vistas las posturas, vayamos a lo objetivo y escrito: los datos carcelarios y la ley española.

GARA ha recopilado los detalles de su cumplimiento de condena. Entre ellos ya llama la atención inicialmente que el 12 de mayo de 2019 Parot acabó de cumplir la condena acumulada por todas las causas derivadas de su participación en el “comando Argala” de ETA. Sí, son esos atentados que se evocan desde esta campaña en contra como el motivo por el que debiera seguir entre rejas. Está purgado hasta el último día, desde hace dos años.

Sin embargo, cuando estaba en prisión cumpliendo esa pena a Parot se le abrió otra. Ocurrió en el año 2006, en plena fase de «construcción de imputaciones» reivindicada por un ministro de Justicia español, y se le condenó por «reintegración en ETA» a once años más. Este castigo añadido empezó a cumplirse por tanto al día siguiente de extinguirse el primero, el principal, en mayo de 2019.

Tras un reciente litigio judicial en el que se le ha terminado descontando el periodo de prisión preventiva por este segundo sumario al coincidir con el cumplimiento del primero (fue entre febrero de 2006 y noviembre de 2007), la fecha final de condena de la pena actual ha quedado fijada para el 10 de julio de 2029. Agencias españolas corrieron a remarcarlo la pasada semana, como si fuera un argumento a favor de Vox, PP y demás.

¿Significa eso que le restan ocho años de prisión, hasta cumplir 39, algo que no tendría parangón ni siquiera en estados que admiten la cadena perpetua y la aplican sin revisiones? No. O, al menos, no debería. El reglamento penitenciario establece que para computar las tres cuartas partes de la condena se sumarán todas las penas de prisión, con independencia incluso de que se hayan impuesto con uno u otro Código Penal, de tal manera que la suma de las mismas será considerada como una sola pena.

Permisos, tercer grado y condicional. Volvamos ahora a los números. Una Parot cuenta en total con una condena de prisión de 41 años (30+11). Sus tres cuartas partes están cumplidas exactamente desde el 9 de febrero de 2020. Un cálculo más estricto, que tuviera en cuenta el periodo descontado por coincidir el cumplimiento de condena y el periodo preventivo, adelantaría el momento preceptivo para la libertad condicional a 2018. A efectos prácticos, es intrascendente ya, así que se puede dar por bueno febrero de 2020.

Y acabemos con lo que dice la ley, que es más conocido por todos. Hay tres consideraciones que encajan en este caso: cualquier preso puede tener permisos de salida al cumplir un cuarto de la pena, puede ser progresado a tercer grado cuando ha cumplido la mitad de la pena y está clasificado en segundo grado, y tiene derecho a acceder a la libertad condicional al cumplir tres cuartos de pena.

Conclusión: sí, Unai Parot debería estar libre, como se reivindicará en los actos convocados por Sare pueblo a pueblo. Subsidiariamente, le correspondería el tercer grado. Y en el peor de los casos, tendría que tener permisos de salida.

Lo dicen los convocantes y lo dice la legalidad española.