La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, mantuvo ayer con el consejero de Lakua Iñaki Arriola una reunión para estudiar el desarrollo de proyectos ferroviarios en la CAV, al término de la cual la representante del Ejecutivo español indicó que ambas partes trabaja en soluciones provisionales para la llegada del TAV a Bilbo y Gasteiz. Anunció que en lo que se refiere a la capital vizcaina la opción que se baraja es un apeadero en Basauri con transbordo en Cercanías hasta la estación de Abando.

En Gasteiz, por su parte, se llegaría a la estación actual en superficie, y la integración y nueva infraestructura soterrada se abordaría después. Sánchez señaló que serían infraestructuras provisionales que durarían el tiempo «imprescindible» hasta que se culmine la llegada soterrada a ambas ciudades, y aseguró que el hecho de llegar de manera provisional de ese modo no supone que se cuestione «en absoluto» el soterramiento.

«Ninguneo» al municipio

La vocación de provisionalidad del apeadero –habrá que ver cuánto es el tiempo «imprescindible», pues el precedente en las obras del TAV no son tranquilizadoras– no aminoró ni un ápice el estupor que el anuncio causó en Basauri, y que se reflejó en las valoraciones que hicieron tanto el alcalde como el portavoz de EH Bildu, primer grupo de la oposición. El primer edil, Asier Iragorri, lamentó el trato al que ha sido sometido el municipio, censurando que el Consistorio «se haya enterado de que se va a construir una estación provisional del TAV en Lapatza por los medios de comunicación». «Es un ninguneo a Basauri que no estoy dispuesto a permitir, máxime cuando esta opción no es la aprobada en su momento, la de la entrada soterrada sin alternativas provisionales, que sí tenía nuestro visto bueno», expuso al respecto. Lo que no hizo fue entrar a valorar el apeadero en sí, pues, sostuvo, sería «aventurado y poco prudente profundizar más en esta valoración sin disponer todavía de ningún dato sobre su posible impacto en el municipio».

Resulta que el propio alcalde, y su grupo, el PNV, votaron hace solo unas semanas una moción junto al PSE y Elkarrekin Podemos en la que se indicaba que el Ayuntamiento haría lo que está en su mano para que la afección causada por el TAV en el municipio fuera «nula» o «la mínima posible». Salta a la vista que no se le ha hecho mucho caso; ni desde el Gobierno que conforman PSOE y Unidas Podemos en Madrid, ni desde el Ejecutivo de coalición PNV-PSE en Gasteiz.

Llama la atención, en este sentido, que Iragorri solo dedicara sus reproches a Madrid, cuando Arriola declaró que la alternativa expuesta por la ministra «tiene todo el sentido del mundo».

Quien no votó en setiembre a favor de la moción fue EH Bildu, pues consideraba que debía ir más allá y marcar una posición clara contra un proyecto que al final parece que se va a materializar. Exabier Arrieta, portavoz del grupo independentista, valoró ayer en declaraciones a GARA que «esta es una más de las macroestructuras que están metiendo en Basauri de espaldas a las necesidades reales que tiene el municipio». Censuró, al respecto, que «la propia Adif se ha comprometido a hacer un apantallamiento acústico que necesitan los vecinos y vecinas, y lejos de hacer eso llega una decisión sin hablar con el Ayuntamiento ni con nadie de Basauri».

El apeadero estaría en Lapatza, a cerca de un cuarto de hora de la estación de Bilbo en Abando

El apeadero de Basauri estaría proyectado en Lapatza, en el barrio de San Miguel, a medio camino entre el centro urbano y Arrigorriaga, de modo que los pasajeros deberían hacer en torno a un cuarto de hora en Cercanías para acceder a Bilbo o salir de la villa en TAV, sin contar con el tiempo del transbordo. Un dato llamativo para quien promete «alta velocidad». Estaría muy cerca del polémico viaducto de Zaratamo, que lleva años construido, que tuvo un sobrecoste de tres millones, casi un 30%, y cuyo uso ha estado en cuestión durante mucho tiempo. I.B.