Amasijo
No mires hacia atrás o puedes tropezar, pero si ayer vertía sospechas sobre la elaboración de la alternativa andaluza de izquierdas, la realidad nos coloca ante el desabrido efecto de la inutilidad, de la chapuza, de la autodestrucción por ignorancia e incapacidad. Hoy, cuando escribo estas líneas, Podemos no existe en la cartelería electoral andaluza. Por culpa propia. Por entregar los papeles un cuarto de hora tarde en la Junta Electoral. Cosas veredes. Cosas de funcionarios. Cosas de personal incapacitado para gobernar, la imagen de un amasijo de personalidades que son reflejo de una ambición revestida de doctrina sin más vocación que colocar de candidato al picoleto que propicia el señor Iglesias, que no está, pero manda.
Es bastante desmoralizador que la posible alternativa a la izquierda del PSOE se atomice, se vuelva, como siempre, imposible, que cada grupúsculo mantenga una falsa dignidad identitaria cargada de prejuicios y reproches a los demás, que no sean capaces de llegar a puntos comunes y ayudarán a la llegada triunfal de la extrema derecha española bicéfala, tanto en Andalucía, como en todos los lugares donde se convoquen comicios.
¿Es Podemos un partido zombi? Ahora mismo parece un club de ambiciones perdidas en las redes sociales, un espejismo que no es capaz de crear ninguna expectativa a los sedientos votantes que están perdidos en un desierto con el único oasis de la abstención. Otra interpretación es que sea un acto freudiano colectivo el entregar los papeles tarde. Así se apartan, desaparecen y pueden acusar a los otros de deslealtad. Y en los otros, es posible que haya más de un gran suspiro de alivio. De quitarse a una gente que no sabe lo que quiere y que ha perdido fuerza organizativa y de influencia. De cualquier manera, hay que luchar contra la historia y esta chapuza monumental.
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