Asier Martínez está de dulce... y de moda. Si bien en la semifinal todas las cámaras buscaban al joven velocista de Zizur Nagusia y en la final fue el último en saltar al tartán, tanto en esa clasificatoria, donde fue primero de su serie, y en la gran final, el navarro demostró su calidad y velocidad para colgarse la medalla de oro tras tener que comprobar la fotofinish con el francés Pascal Martinot Lagarde, uno de los favoritos. Además, desde la calle cuatro, como lo grandes atletas de la historia, lo hizo con su mejor marca personal, 13.14.

A sus tan solo 22 años, el primer objetivo de Asier Martínez en Múnich ya estaba superado desde la semifinal. El atleta de Zizur Nagusia se clasificó para la final con un registro de 13.25, siendo el primero de su serie al ir de menos a más. El velocista navarro corrió desde la calle cinco y se quedó cerca de su mejor registro hasta entonces (13.17), logrado el pasado mes de julio en los Mundiales de Eugene (Oregon, EEUU) cuando se colgó la medalla de bronce.

Ese registro en la semifinal de ayer fue cinco centésimas menos que el francés Just Kwaou-Mathey. Tal fue su dominio en la carrera que en los últimos metros se permitió el lujo de mirar a su derecha y sonreír al corredor galo.

Los dos mejores atletas de cada serie se clasificaban directamente a la final y se les sumaron los otros dos atletas con mejores tiempos.

Una vez en la final, Asier Martínez, que tuvo un tiempo de reacción de 0.149, corrió por la calle cuatro -curiosamente tiró la primera valla- y la rivalidad con Pascal Martinot-Lagarde llegó al punto que la carrera se decidió por una milésima, puesto que el tiempo de ambos fue de 13.14, siendo ese tiempo marca personal del navarro. El bronce fue para el también francés Just Kwaou-Mathey.