Mikel INSAUSTI
DONOSTIA
CRÍTICA: «LABORDETA, UN HOMBRE SIN MÁS»

Diario íntimo y familiar de un aragonesista

El documental nos muestra al José Antonio Labordeta de andar por casa, que es justo al que no podíamos conocer y ello supone toda una grata sorpresa. Porque, antes de ver “Labordeta, un hombre sin más” (2022), el recuerdo se ceñía a sus programas de televisión, a sus intervenciones políticas en lenguaje llano y a sus apariciones actuando junto a otros cantautores que son memoria de la segunda mitad de siglo pasado. Aunque la película se interese menos por el personaje público, creo que la imagen que daba coincide bastante con lo que cuentan sus familiares y las amistades ante la cámara. En las series en las que intervino supo transmitir el amor por la tierra y por el paisanaje, ya fuera en la adaptación del libro de viajes de Camilo José Cela “Desde el Miño al Bidasoa” (1990) o en las entrañables caminatas y almuerzos que protagonizó como conductor de “Un país en la mochila” (1995-2000). Este otro Labordeta no es diferente del televisivo, viene a ser el mismo, pero contemplado con ojos más localistas o aragonesistas.

La fundación que lleva su nombre y que, administrada por su familia, se dedica a la conservación del legado cultural que nos dejó, dio el paso para el proyecto al considerar que Labordeta había superado la prueba del tiempo. No puede haber razón más poderosa y más cierta, ya que se empezó a rodar al cumplirse el décimo aniversario de su muerte, viendo que su presencia se siente más viva que nunca.

Por eso la pieza se abre con las imágenes de 2010 en el Palacio de la Alafajería, por donde desfilaron para brindarle el último adiós unas 50.000 personas. De seguido se pasa al ámbito doméstico y son su viuda, hijas y nietas las que construyen el relato más cercano, apoyadas en un diario que abarca la década de los 70. Una de las hijas es la codirectora y otra coescribe el guion.