Raimundo FITERO
DE REOJO

En globo o en tren

Lo del globo chino por el cielo estadounidense, que parece que ya son dos, forma parte del humor amarillo vestido del azul y rojo de las barras y estrellas en su versión más fundamentalista. Un globo aerostático que se ve sin esfuerzo se fotografía y no se lanzan a destruirlo. Lo miran y sacan chistes. Lo anuncian y lo colocan de excusa. Un globo espía, dicen los yanquis. Un globo meteorológico, dicen los chinos.

Un globo, dos globos, tres globos y un policía de MarlasKa convertido en un macho espía. La noticia es muy cutre, muy machista, indignante. Un policía nacional infiltrado en sedes de asociaciones y movimientos independentistas que se liga a las señoras para sacarles información. Mata Hari de Marlaska. Un hombre que cambia su porra por su polla. Una polla junto a un cuerpo de seguridad y de deseo. Un anuncio para alistarse a la Policía Nacional, porque entre otras cosas parece que se liga de manera constante y, además, trabajando, cobrando pluses de eficacia. Para colmo Pablo Iglesias hace una broma infumable al respecto.

No está claro si ese policía usaba trenes de cercanías para ir a sus citas, porque se acaba de saber que se encargaron unas decenas de unidades para cubrir líneas de Cantabria, y resulta que dieron las medidas mal para su construcción y ahora se acaban de dar cuenta de que no caben por los túneles. Ingeniería de alta dirección, un problema que no lo resuelve ni el policía de la polla de oro. Duda interesada ¿encoger los trenes o ensanchar los túneles? ¿Qué deja más comisiones? Un globo, dos globos, tres globos, el mundo es un globo que se me escapó.