Raimundo FITERO
DE REOJO

Atención al pajarito

Secuestrado emocionalmente por la información meteorológica, mantengo un debate apasionado sobre mis opciones de vestimenta y sus correspondientes decisiones sobre el calzado para salir de aventura a una sala de cine o un bar con partido de fútbol. No me cuenten el uso desmedido de ansiolíticos ni me comenten el precio desmedido del café, ya me machaco yo solo como para que alguien, de manera criminal, me hable de encuestas publicadas o de subidas y bajadas de las bolsas. Soy un ser martirizado por sus recuerdos de la escuela de idiomas. ¿No merezco una temporada de asueto catedralicio sin más reproche propio por no completar la actividad programada en una orgía al borde un pantano con reflejos de un campanario? Por ello, considero más que posible que la separación de Mario Vargas Llosa de Isabel Preysler y la aparición en la boda de su nieta junto a su esposa de siempre en Lima bailando con soltura sea parte de la campaña a presidente de Perú. Es un buen relato. Y sería ideal que Ramón Tamames lograra del Parlamento español la autorización para formar gobierno. Todo está en el mismo plano que parece representar en tres dimensiones un cuento tailandés con final infeliz. Al igual que toda la tormenta alrededor del la vindicación feminista de mañana, las leyes remodeladas, los efectos de la inseguridad, parte del generalato de los picoletos afectado por asuntos de corrupción y así hasta el desastre total de las convecciones democráticas. Por eso pido a todos, que se dejen de monsergas y se queden atentos al pajarito. Y que cada cual elija su pajarito. O pajarita.