Isidro ESNAOLA

El BEI, un banco a la medida de Bruselas

El Banco Europeo de Inversiones es uno de los mayores prestamistas supranacionales. Nació con la Unión Europea, como instrumento para contribuir a un desarrollo equilibrado. A partir del 1 de enero de 2024 lo dirigirá Nadia Calviño.

Carlos Abilio, representante de Urbaser, el día en que se colocó la primera piedra de la incineradora de Gipuzkoa, cofinanciada por el BEI. A la derecha, sede del Banco Europeo de Inversiones en Luxemburgo.
Carlos Abilio, representante de Urbaser, el día en que se colocó la primera piedra de la incineradora de Gipuzkoa, cofinanciada por el BEI. A la derecha, sede del Banco Europeo de Inversiones en Luxemburgo. (Juan Carlos RUIZ | FOKU y BEI)

El Banco Europeo de Inversiones se creó al mismo tiempo que la Unión Europea con la firma del Tratado de Roma en 1958. La institución financiera se estableció primero en Bruselas y desde 1968 tiene su sede en Luxemburgo. De acuerdo con el artículo 309 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, la misión del BEI es contribuir al desarrollo equilibrado y estable del mercado interior en interés de la Unión Europea. En la práctica, esto se traduce en que el BEI financia proyectos de acuerdo con las directrices que emanan de los órganos de la UE.

Aunque el artículo 309 solo hace mención al mercado interno, lo cierto es que también financia proyectos fuera de la Unión. Dos son las grandes líneas: por un lado, proyectos en países que hayan comenzado el proceso de adhesión a la Unión Europea, y por otro, inversiones relacionadas con la cooperación al desarrollo que Bruselas considera prioritarios.

Sin embargo, el monto de las inversiones en el exterior queda lejos de las operaciones internas. El BEI financia proyectos en más de 150 países de todo el mundo, sin embargo, este apartado solo suma el 10% de toda su actividad de prestamista. El 90% financia inversiones en los Estados miembro.

El balance de 2022 recoge que el BEI tenía en su activo préstamos por un valor de 437.000 millones de euros y cada año otorga aproximadamente alrededor de 65.000 millones en nuevos créditos. Unas cantidades que le convierten en uno de los mayores prestamistas supranacionales del mundo.

FUNCIONAMIENTO

El BEI cuenta con 248.000 millones de euros de capital que los países miembros de la UE desembolsan al ingresar en la Unión. La cuota se calcula en función del PIB que tengan el país en el momento del ingreso. A pesar de que la aportación es proporcional a la riqueza de los Estados miembro, los principales órganos de gobierno del banco tienen una composición paritaria.

El órgano superior en la jerarquía es el Consejo de Gobernadores, que está formado por los ministros de Economía de los 27 Estados miembro. El Consejo determina la orientación general del banco y decide, entre otras cuestiones, la política de créditos, la participación en operaciones de financiación fuera de la UE o los aumentos de capital. Asimismo, es el encargado de realizar los nombramientos.

Por debajo se sitúa el Consejo de Administración, que está constituido por 28 directivos, uno por cada país miembro más uno designado por la Comisión Europea. Es el órgano que decide sobre los préstamos, garantías y créditos, es decir, sobre todas las operaciones habituales del banco. Se encarga asimismo del control de la gestión del banco.

Finalmente, está el Comité de Dirección. Formado por nueve miembros, será el órgano que a partir del 1 de enero presida la todavía ministra de Economía española, Nadia Calviño. El presidente de este órgano ejecutivo es también el presidente del Consejo de Administración del banco. El Comité de Dirección se encarga de la gestión cotidiana, así como de preparar el orden del día y las decisiones del Consejo de Administración.

Independiente de este organigrama está el Comité de Auditoría, formado por seis miembros que son los encargados de velar por el correcto funcionamiento de la institución.

PRINCIPALES OPERACIONES FINANCIERAS

El BEI capta sus recursos en los mercados financieros, generalmente con la emisión de obligaciones, y después utiliza esos recursos para financiar proyectos. Tres son las líneas principales de actuación del banco.

En primer lugar, está la financiación a largo plazo tanto de proyectos privados como públicos. En esos casos la participación del BEI no suele exceder del 50% del coste total y los programas de inversión comienzan a partir de los 25 millones. En el caso de proyectos de instituciones públicas, el BEI puede ofrecer préstamos marco a partir de 100 millones para financiar programas de inversión que constan de varios proyectos más pequeños. Por debajo de esos límites, el BEI suele conceder préstamos a bancos privados. En Euskal Herria ha sido muy activo el BBVA, aunque también han logrado financiación Kutxabank o Caja Laboral, que actúan como intermediarios para las pequeñas y medianas empresas. En estos casos, los préstamos no suelen superar los 12,5 millones de euros.

Otra línea de actuación del banco es la participación cuasi directa en empresas por medio de operaciones de capital riesgo. Esta posibilidad solo está abierta a empresas de determinados sectores, fundamentalmente biotecnología, software y TIC, ingeniería y automatización, renovables y tecnologías limpias. Este tipo de operaciones las realiza el banco a través del Fondo Europeo de Inversiones, que ha sido creado durante el mandato del actual presidente Werner Hoyer. En las inversiones de capital riesgo, la participación del BEI suele ser bastante menor, cubre entre el 10% y el 20% de la inversión con un máximo del 25%.

Un tercer aspecto de su actividad está relacionado con la concesión de avales y garantías a pequeñas y medianas empresas, lo que permite a las compañías buscar financiación adicional con el aval de BEI. De hecho, Elkargi es una de las entidades vascas que en 2021 logró 75 millones de euros en contragarantías del BEI para financiar empresas medianas.

Por último, el banco también ofrece asesoramiento a proyectos públicos y privados, tanto sobre mecanismos de inversión específicos como sobre el desarrollo de mercados u orientación estratégica y técnica en la definición de un proyecto. De hecho, el BEI emplea a casi 3.000 expertos europeos en finanzas.

INVERSIONES EN EUSKAL HERRIA

La financiación del BEI en Euskal Herria, además de a bancos y sociedades de garantía, también ha llegado a un buen número de empresas vascas que van desde cotizadas como Iberdrola, CAF o Tubos Reunidos, hasta cooperativas como Fagor Arrasate, Ulma o Cikautxo. Asimismo ha proporcionado recursos a entidades públicas: a Lakua para apoyar el programa de economía del conocimiento, al Consorcio de Aguas de Gipuzkoa para inversiones en saneamiento, a la Diputación de Bizkaia para la regeneración del acceso sur a Bilbo por San Mamés, a la Autoridad Portuaria de Bilbo o a la Sociedad de Desarrollo de Nafarroa para el plan Navarra Moderna.

Entre los proyectos que ha estado financiando el BEI sobresale la alta velocidad. Solamente en el TAV, el banco ha invertido al menos 2.000 millones en los últimos años. No es el único proyecto polémico que ha recibido fondos del BEI. Urbaser, la empresa que se adjudicó la incineradora de Zubieta, también recibió 80 millones de financiación del BEI en 2017. Un banco con una visión tecnocrática que solo escucha a las instituciones.