Tener una presión fiscal 8,7 puntos más baja que la media de la Unión Europea supone que el Gobierno de Nafarroa renuncia a recaudar cerca de 2.000 millones de euros, según criticó ayer el sindicato LAB en una comparecencia. Su portavoz en el herrialde, Imanol Karrera, consideró que esta situación no se modifica con la reforma fiscal que se aprobará mañana en el Parlamento foral.

Karrera defendió que las competencias en esta materia «deben ser aprovechadas para aumentar la presión fiscal y transformar profundamente el sistema tributario». En este sentido, recordó que «mientras se han incrementado los beneficios de las empresas y se ha precarizado el mundo laboral, los trabajadores y trabajadoras navarras aportamos cinco veces más a la Hacienda Foral que las empresas, que se sitúan a la cola de la recaudación». Además, apuntó que «la baja presión fiscal es un indicador de gran fraude o de que la Hacienda tiene dificultades para hacer pagar impuestos».

El portavoz de LAB consideró que esta situación «tiene que cambiar» y que «debe abordarse de una vez por todas el debate sobre la política fiscal». En este ámbito, se refirió a la reforma que se está tramitando en el Parlamento para indicar que lo que se aprobará, «incluidas las medidas tributarias acordadas por EH Bildu con el Gobierno, está muy lejos de alcanzar una política fiscal centrada en los principios de progresividad e igualdad, y de cualquier cambio estructural necesario en estos momentos».

Al respecto, se mostró crítico con la deflactación lineal de la tarifa del IRPF para paliar los efectos de la inflación, ya que considera que «se renuncia a recibir más de los que más tienen».