Pacto de PSC, ERC, Junts, Comuns y CUP para excluir a Vox y Aliança
A cinco días de los comicios, PSE, ERC, Junts, Comuns y CUP han establecido un cordón sanitario con Vox y Aliança Catalana. Ayer firmaron un documento por el que se comprometen a «no legitimar» a estas formaciones de extrema derecha, además de a rechazar sus votos para conseguir mayorías en el Parlament y a que prosperen las iniciativas de los ultras.

Representantes del PSC, ERC, Junts, Comuns y CUP firmaron ayer un pacto bajo el título de “Unidad contra la extrema derecha” en el que se comprometen a «no legitimar» ni a Vox ni a Aliança Catalana, así como a rechazar en cualquier caso sus votos para lograr mayorías en el Parlament y a evitar que prosperen sus iniciativas.
Alicia Romero (por el PSC), Lluís Mijoler (Comunes-Sumar), David Caño (CUP), Najat Driouech (ERC) y Gloria Freixa (Junts-Carles Puigdemont) pusieron su firma a este manifiesto promovido por la plataforma Unidad contra el Fascismo y el Racismo de cara a la próxima legislatura en el Parlament catalán para «cerrar el paso» a la ultraderecha tras las elecciones del 12 de mayo.
«No aceptaremos, ni por acción ni por omisión, los votos de ninguna formación de extrema derecha para conformar una eventual mayoría de investidura ni, evidentemente, de Govern», asegura el texto.
Más allá de ello, se comprometen a establecer los acuerdos posteriores necesarios para impedir la presencia de la extrema derecha tanto en la Mesa del Parlament como en las mesas de las comisiones. Tampoco suscribirán ninguna iniciativa parlamentaria de Vox y Aliança Catalana.
«SIEMPRE QUE SEA POSIBLE»
Las cinco formaciones afirman que llegarán a acuerdos para, «siempre que sea posible», evitar la presencia de las formaciones de extrema derecha en los nombramientos que el conjunto institucional de la Generalitat como el Parlament de Catalunya, el Govern e instituciones como la Sindicatura de Greuges, entre otras.
En el acuerdo se revalida un documento previo, del 25 de abril, más concreto. En él se detalla en qué consiste el compromiso de no validación de los discursos de estas formaciones y, además, se las define.
A Vox se le identifica como «el principal representante de la extrema derecha» que está en auge a nivel mundial (otra rama más del fenómeno que lideran las formaciones de Donald Trump, Marine Le Pen, Javier Milei, Giorgia Meloni...) en el Estado español. «Recordamos que algunos dirigentes de VOX proceden de grupos abiertamente fascistas, incluso neonazis. No es un partido más, sino una amenaza para los derechos humanos y la democracia», refrenda el texto.
A Aliança Catalana se la define como un «proyecto personalista de la alcaldesa de Ripoll» y una escisión del Frente Nacional de Cataluña. «Aliança Catalana, al igual que Vox, promueve el racismo, especialmente la islamofobia. Al igual que Vox, declara su apoyo a dirigentes ultras como Marine Le Pen, o al ultraneoliberal y defensor de la dictadura argentina, Milei», subraya el documento firmado en su momento por la CUP, Esquerra y los Comunes y al que ahora se adhieren Junts y el PSC.
Además de todo ello, el texto suscrito ayer obligará a estas formaciones a constituir una mesa de diálogo, compuesta por parlamentarios, que se reunirá de forma regular para revisar que, efectivamente, se están cumpliendo todos los puntos del acuerdo para no blanquear a la extrema derecha.
Diversas encuestas publicadas en los últimos días apuntan a que Vox mantendrá sus escaños en la Cámara catalana -en las pasadas elecciones obtuvo 11 diputados- y Aliança Catalana podría entrar con entre 1 y 3 escaños.
Tras la firma del acuerdo en la sede de Lafede.cat - Organitzacions per a la Justícia Global, en Barcelona, los representantes políticos se mostraron satisfechos de renovar el pacto que ya vienen aplicando contra Vox en la última legislatura y ahora se extenderá, si obtiene escaños en el nuevo Parlament, a Aliança Catalana.
Romero recordó que el compromiso contra la ultraderecha del PSC es «inequívoco» y que si los catalanes les dan su confianza formarán un Govern con el respaldo de las fuerzas democráticas.
Driouech (ERC) manifestó: «Del mismo modo que los ultras atacan a personas como yo, en el futuro pueden hacer lo propio con vuestros hijos, por ejemplo, por querer a personas de su mismo sexo».
La Unidad Contra el Fascismo que promueve este pacto es un movimiento social catalán que nació hace catorce años, cuando la formación filofascista que estaba en auge era Plataforma per Catalunya. En ella se dan la mano sindicatos, organizaciones juveniles de varias de las formaciones firmantes, así como personalidades del mundo de la cultura.
TREGUA DE SOLO HORAS
Reunir a partidos tan enfrentados en vísperas de la cita con las urnas supone un hito. No obstante, también hay que resaltar que otras formaciones con presencia parlamentaria no se han querido sumar a este cordón sanitario.
La principal entre las formaciones que se han desmarcado es el PP, que mantiene Gobiernos de coalición con la ultraderecha. Y las otras siglas que han quedado fuera son las de Ciudadanos, formación con seis parlamentarios en la actualidad, pero a la que los sondeos dejan fuera de la nueva composición del Parlament.
La tregua que supuso la firma del compromiso, por otra parte, resultó más bien exigua. En este sentido, el candidato de Junts, Carles Puigdemont, aseguró que no se fía de que el PSC vaya a cumplir el acuerdo.

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