Raimundo FITERO
DE REOJO

Lío de faldas

Lo primero que cualquiera pregunta es ¿en qué plataforma la echan? Porque cuando aparecen en la sinopsis, monjas clarisas, bombones y repostería de alta calidad, un supuesto obispo excomulgado, un cura que antes fue experto en cócteles en diversos garitos de Bilbao, varias diócesis, conventos, monasterios, acusaciones entre unos y otros de secuestro, intereses económicos y objetivos inmobiliarios, no hay manera de operar con un bisturí de racionalidad o aproximación a una realidad tan sobrecargada de conceptos, fe, mentiras y faldas de diversos vuelos.

Porque los curas van con sotana, el padre Pedro, auto proclamado portavoz de las monjas tiene como Fran antecedentes nocturnos muy extensos, el supuesto obispo es franquista, viste como un esperpento, pertenecía al ámbito del Palmar de Troya, simplemente al ver sus gafas y el crucifijo que le cuelga a modo de babero ya lo define y de las monjas, lo que sabemos, lo que vemos, es que son muy simpáticas, según el padre, el del libro de familia, de una de ellas, no están propiciando ningún cisma, sino que han sido manipuladas por los medios y por los intereses espurios que operan sobre la propiedad de los inmuebles.

Lo que parece obvio es que existen sectas en la Gran Secta, que están en contra del Concilio Vaticano Segundo, es decir, que son más reaccionarios que los que actualmente se reparten las herencias e intitulan los edificios de manera injusta. Se debe mirar este asunto con la convicción de que las disputas inmobiliarias en nombre de los dioses es el signo de estos tiempos convulsos donde se impone el fanatismo.