Secuela de la cinta de 1988 “Bitelchús”, de nuevo dirigida por Tim Burton, con el regreso de Michael Keaton y Winona Ryder como Bitelchús y Lydia Deetz, respectivamente, y la incorporación de Jenna Ortega, Justin Theroux, Monica Bellucci y Willem Dafoe.

Treinta y seis años después de los sucesos ocurridos en la primera, sucede una tragedia familiar inesperada: el fallecimiento de Charles. La familia Deetz regresa a su hogar en Winter River para su funeral. Aún atormentada por Bitelchús, la vida de Lydia da un vuelco cuando su hija, Astrid, descubre el misterioso modelo de la ciudad en el ático y el portal al Más Allá se abre accidentalmente. Con problemas en ambos reinos, es solo cuestión de tiempo que alguien diga el nombre de Bitelchús tres veces y el travieso demonio regrese para desatar su propio tipo de caos.

DOS CONDICIONES

En el caso de Michael Keaton específicamente, fueron dos las condiciones que debieron cumplirse para que su vuelta a la saga que comenzó en 1988 con “Bitelchús” se realizara. La primera condición, tal y como recoge GQ, era que el personaje de Bitelchús apareciese lo justo y necesario: «No puedes cargarla con Bitelchús, eso la arruinaría». En la primera película Bitelchús es el antagonista directo, pero su aparición es mínima: 17 minutos. Según Keaton, en la secuela Bitelchús «es más parte de la historia», aunque impulsa la narrativa menos que en la primera. La otra condición hacía referencia a las metodologías contemporáneas de Tim Burton. Si por algo se han caracterizado las primeras producciones de Burton es por los efectos prácticos. Sin embargo, en cintas como “Alicia en el País de las Maravillas” o “Dumbo” está muy presente la fría textura de lo digital. Es por esto por lo que Keaton le aclaró a Burton que, si quería que regresara como Bitelchús, la cinta tenía que ser lo más artesanal posible. «Cuando digo hecho a mano, es literalmente hecho a mano [...]. En general, creo que con los efectos generados por ordenador, muchos espectadores inconscientemente se sienten más alejados de lo que realmente está sucediendo en la pantalla», explica Keaton.