La CUP puso fin ayer al debate sobre su futuro en una Asamblea Nacional que culmina el Procés de Garbí de reflexión interna, y en la que sus portavoces criticaron a Junts por su negativa a regular los alquileres de temporada pero también la vía pactista de ERC.

La Assemblea Nacional de la CUP, que se celebró en el palacio ferial de Sabadell con una participación de unos 700 militantes, tenía como finalidad concluir el Procés Garbí de reorientación política y organizativa, después de un ciclo electoral en que esta formación ha sufrido una pérdida de diputados y de concejales en las instituciones.

«Queremos impulsar una nueva etapa focalizada en las necesidades del pueblo catalán y articular un liderazgo popular para retornar el poder a la ciudadanía», afirmó Non Casadevall, uno de los portavoces.

DIFERENCIAS CON ERC Y JUNTS

Los portavoces de la CUP en esta Asamblea Nacional evitaron criticar a ERC pero sí advirtieron que «la vía del pacto» con el Estado y con los partidos estatales «está agotada», ante lo cual la CUP apuesta por «la confrontación». Sí criticaron abiertamente a Junts por su postura sobre los alquileres de temporada.

Sobre el debate de la presencia de la CUP en las instituciones, destacaron que su formación quiere «ocupar los máximos espacios en las instituciones» para ponerlas «al servicio del pueblo», ya que consideran que la política institucional catalana «está muy lejos de responder y de dar soluciones a las necesidades y preocupaciones de los trabajadores».