Vencer y convencer, el mejor remedio txuri-urdin para salir de la ansiedad
Tras las dudas generadas en este inicio de curso, la Real cuajó un gran partido. Un gol en el minuto 8 de Kubo y otros dos de Óskarsson en el 80 y 92, los tres después de excelentes jugadas combinativas, sirvieron para recuperar confianza y sensaciones.

Esta semana un compañero se abría en canal para explicar que sufre ansiedad. «A veces la vida te pasa por encima y es como una ola que te ahoga. Se llama ansiedad y es durísimo física y mentalmente», comenzaba su relato con la intención de ayudar a alguien en una situación similar.
Sin querer hacer ningún tipo de comparaciones, la Real llegaba a este encuentro ante el Valencia en una situación parecida: ansiosa por mostrar un buen juego y verse recompensado con el triunfo. Y lo consiguió. Por un lado, dieron un paso adelante jugadores como Zubimendi, que fue el jugador que conocemos en el centro del campo con su contundencia y visión de juego; Oyarzabal, con su motivación desde el inicio corriendo y alentando a los aficionados; Kubo, con su calidad y desparpajo en la banda; e incluso Sergio Gómez, el mejor de ayer que además demostró que tiene una exquisita zurda, sobre todo a balón parado.
Y, por otro lado, lograron lo más importante en esto del fútbol: el gol. Llegó temprano, en el minuto 8. Y además fue tras una gran jugada combinativa para el deleite de la afición. Zubimendi lanzó un pase largo a Barrenetxea, el donostiarra se la dio en profundidad a Sergio Gómez y el pase de la muerte a Kubo, que estaba totalmente solo dentro del área, terminó en el 1-0. La rabia con la que celebró el gol Imanol Alguacil lo decía todo.
Obligado por jugar Europa League, el técnico oriotarra aprovechó las rotaciones masivas del miércoles pasado en Niza y salió con el equipo más titular posible con hasta siete cambios. El gol no hizo más que dejar en evidencia lo bien que había entrado al partido la Real, moviendo el balón de un lado para otro. Además, el guardameta Álex Remiro también mostraba seguridad.
Por fin Kubo tuvo protagonismo por su banda derecha, mientras en la contraria, a Barrenetxea le costó más progresar ante Foulquier. La estrategia también fue clave. La Real sacó seis corners por uno el Valencia en la primera parte, y los guipuzcoanos tuvieron varias faltas en las que Sergio Gómez sacó su zurda a pasear.
DOBLETE DE ÓSKARSSON
En la segunda parte, con el marcador en contra y viendo el enfado que llevaba el técnico Rubén Baraja al filo del descanso, el Valencia empezó a ganar más segundas jugadas. De ahí llegó una de las mejores ocasiones. Si bien hasta entonces no había disparado a puerta prácticamente, Remiro se tuvo que lucir ante el disparo de Pepelu desde el borde del área.
Imanol hizo los primeros cambios, entre ellos la entrada de Óskarsson, y el equipo ché seguía apretando. Hasta que, por fin, el islandés marcó su primer gol como txuri-udin para deleite del público. Sergio Gómez le dio un exquisito pase en profundidad a Brais, que hacía poco que había saltado al césped, y el gallego le puso el pase de la muerte al fichaje del verano, que repitió en el 92 para dejar decidido el duelo y pensar ya en el encuentro de Europa League del jueves.
«Cuando vuestra cabeza os diga que todo va a ir mal, cuando creáis que todo es una mierda, que cualquier molestia es la peor de las enfermedades... habladlo con la familia y los amigos, buscad ayuda especializada... y en unas semanas otra vez al agua con todo», terminaba su relato el compañero anteriormente mencionado. Esta victoria va por ti.

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